«Sólo quise preguntar para ver si era cierto que dan muy caro», dicen peregrinos en La Villa

¡Pase, qué va a llevar, qué necesita! Gritan los comerciantes entre los pasillos del mercado de imágenes y guras de la Virgen de Guadalupe en los alrededores de la Basílica. La mayoría de la gente pasa, mira, pregunta y se sale, porque asegura que cada 12 de diciembre en ese mercado hacen su agosto.

 “En el mercado de Sonora compré una gura de la virgencita en 350 pesos, la misma acá me la daban en 750 es más del doble, sólo quise preguntar para ver si era cierto lo que decían de que aquí es muy caro», comentó Lourdes Cárdenas quien caminó desde la calle Ferrocarril de Cintura, en la colonia Morelos, a la Villa para agradecer los favores de la morena del Tepeyac. No es el caso de Carlos Sámano, quien cada año viaja desde Querétaro para festejar a la Guadalupana y como recuerdo compra una gura de yeso, “las que compro son las más baratas porque son de yeso, no es que las regalen, ahorita pregunte y andan entre 200 y 700 según el tamaño, pero yo llevo a mi casa una chiquita, la Virgen no se ja en eso porque sabe la devoción que tenemos».

El atrio de la Basílica está lleno, en la calzada de Guadalupe se ve un río de gente que anhela entrar al recinto e inclinarse ante el nicho de la Santa Patrona. En calles aledañas hay personas formadas que esperan para que les regalen un taco, una torta o un tamal, también hay familias que reparten botellas de agua y bolsas con naranjas o mandarinas. Las banquetas parecen una sala en la que hay cobijas tendidas con sus dueños sobre ellas, ya sea que estén dormidos o sólo descansando del trayecto que los llevó a los pies de la Virgen de Guadalupe.