Chus Visor: ‘Me da miedo la globalización editorial’

La globalización en el mundo editorial de nuestro tiempo es complejo y me provoca miedo, porque las editoriales pequeñas siempre están preparadas para ser comidas por los grandes grupos editoriales”, afirma Jesús García Sánchez (Madrid, 1945), mejor conocido como Chus Visor, uno de los editores de poesía en lengua española más importantes de nuestro tiempo, quien se encuentra en la 31 Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

Y si no fuera por las editoriales pequeñas, montones y montones de libros nadie los podría leer, y sólo tendríamos acceso a lo que los grandes grupos editoriales quisieran que leyéramos. Eso me da un poco de miedo. Porque las editoriales grandes sólo van a hacer lo que les dicte el mercado. Claro, en este momento no está sucediendo, pero podrían pasar en unos años”, apunta en entrevista con un Diario de circulación nacional.

¿El escenario sería parecido al de una distopía libresca?, se le inquiere a Chus Visor, el fundador que ha sobrevivido casi medio siglo al capitalismo salvaje, a fuerza de caminar a paso de gato en el mundo editorial.

Como lector, en un mundo así, me sentiría fatal. Eso sería pésimo, sería la peor noticia que escucháramos. Imagina tener que nuestra lectura a lo que nos digan los grandes grupos editoriales. La prueba es que si te das una vuelta por las editoriales del gremio verás que los mejores libros son hechos por los pequeños sellos, esas obras del siglo XIX o esos autores de primera fila que no son best sellers. De alguna forma, es el nicho que nos queda”.

¿Cómo lidias con la idea del canon? “Pienso que debemos respetar la idea del canon individual que cada lector tiene. Pero lo que veo ilógico es el canon que nos quieren imponer o hacer creer que existe, con esos diez o cincuenta mejores libros del mundo, integrados por un lector en lengua inglesa, como es el caso de Harold Bloom o el que sea, donde integra poquitos títulos de literatura en lengua española, los cuales quizá no son los más importantes”.

¿Es un canon arriesgado? “Es un canon atrevido. Digamos que es un atrevimiento, aunque él tiene el suficiente nombre para hacerlo, pero yo no puedo estar de acuerdo con el canon que él ofrece, ya que simplifica mucho y no considera a autores como Luis Cernuda, que es el poeta español más importante del siglo XX”.

¿Consideras que es un título desafortunado? “Bueno, él tiene derecho a hacerlo. Yo también lo tengo y tú también. El problema es hacerle caso… su repercusión mundial es un poco ilógica”.

¿Cómo ves la forma como los lectores de nuestro tiempo abrazan la poesía? “Ése es otro problema importante de nuestro tiempo, el hecho que la educación literaria en los colegios e institutos –al menos en España– es muy pequeña”.

¿No nos está ayudando Twitter ni Facebook? “Lo que se dice en Twitter o Facebook está destinado a morir en una semana, siendo benévolo, porque a los tres días nadie recuerda esa cosas. El problema es la educación y es tan grande como el de las editoriales que hablamos antes. Pero hay una paradoja: hoy se leen más cuentos infantiles que nunca, es decir, los niños tienen acceso a más historias que nunca, pero no me explico por qué esos niños, cuando llegan a cierta edad, dejan de leer libros”.

¿Alguien no está haciendo su trabajo? “Es la educación de los institutos, los colegios y la Universidad”.

¿Por qué le preocuparía dicho escenario a un editor de poesía como tú? “Sí es muy preocupante porque dentro de diez años la gente ya no sabrá quién fue Octavio Paz o Rafael Alberti. Por ejemplo, hoy en España nadie sabe quién fue Salvador Novo. Nadie sabe”.

LOS POETAS NO LEEN

Aunque a Chus Visor no le agradan las celebraciones, sabe que en octubre de 2018 el sello que aún defiende la edición y circulación de la poesía, cumplirá medio siglo de vida, con más de mil títulos a cuestas y una lista de próximos títulos que incluyen antologías de Rosario Castellanos, la obra completa de T. S. Eliot, Antonio Cisneros y el volumen Estos días azules, y este sol de la infancia, en torno al último verso de Antonio Machado.

¿Cómo has logrado sobrevivir medio siglo cuando la globalización ya es una realidad? “Bueno, muchas editoriales fuertes han intentado publicar colecciones de poesía, pero al final han desistido. Todos sabemos que la poesía tiene un público mucho más limitado que la novela o que, incluso, muchos libros de ensayo, y al ver los resultados económicos… los grandes grupos no les interesa y ahí está nuestra oportunidad”.

¿La poesía es un buen negocio? “Negocio no es. Claro, yo empecé editando libros de poesía porque no se encontraban en España. Sin embargo, no creo que la poesía no venda. Sí se vende. Lo que no sé vende son ciertos libros de poesía, pero la poesía buena. Esa idea es un bulo, un tópico, una creencia totalmente infundada, una opinión muy mal informada”.

¿Cómo defines a los autores que publicas? “Al principio fue complicado porque no había tantas facilidades como ahora con internet y las redes sociales. Además, cuando empecé no había ninguna editorial dedicada a libros de poesía. Luego, junto con un grupo de amigos nos interesamos en la poesía que no estaba disponible en lengua española y decidí hacer la editorial. Al principio tuve suerte y los libros se fueron vendiendo bastante bien, pero el secreto fue la perseverancia y hacer las cosas bien”.

¿Cómo te explicas un mundo de amplia oferta y pocos lectores?  “Nunca me lo he explicado. Para mí es una incógnita ver tantos libros para unos cuantos lectores. ¡Es increíble! Uno está aquí (en la FIL de Guadalajara) y ves montones de libros… no me explico por que no se compran”.

¿Dirías que los poetas son lo que más leen poesía? “Los poetas no leen. Está clarísimo: son los que menos leen. Eso te lo puedo asegurar. Y aunque siempre hay poetas que lo hacen, en general los poetas ni siquiera leen a sus amigos”.

¿Qué poetas mexicanos se leen más en España? “José Emilio Pacheco, Juan Gelman, Jaime Sabines, así como Marco Antonio Campos y Antonio del Toro”.

¿Qué tan fácil es hoy la compra de derechos? “Eso ya está tan globalizado que casi todos los derechos son de agentes literarios. Ellos son los que mandan ahora”.

¿En qué te habrías convertido si no fueras editor de poesía? “No lo sé. Soy editor desde los 21 años. Pero sí sé qué me hubiera gustado ser: futbolista del Atlético de Madrid, deporte que practiqué en la infancia y del que me alejé por un problema en los meniscos de las rodillas”.