Dañan arte emergente en el Colegio Nacional

  • La muestra Libertad por el sabor, que reunió a 23 creadores, fue “censurada” y desmontada del recinto de Donceles tras su inauguración, lo que dañó seis obras.

El Colegio Nacional censuró la exposición Libertad por el sabor, inaugura da el pasado 21 de octubre dentro de sus instalaciones, pero se retiró al día siguiente de su apertura, aún cuando debía exhibir la obra de 23 artistas y colectivos de arte contemporáneo hasta el próximo 20 de noviembre, como cierre del programa de conferencias Libertad por el saber. Tiempos de revoluciones, denunciaron los propios creadores.

Sin notificar a los artistas, la muestra realizada por invitación del escritor Juan Villoro fue desmontada casi en su totalidad (sólo quedó la escultura Codex del colectivo SANGREE, que no pudieron mover porque pesa 300 kilos) y las piezas terminaron arrumbadas en uno de los patios del edificio, lo que ocasionó daños en  por lo menos seis obras.

El “negligente” manejo de las obras por parte de los administradores de El Colegio Nacional, Martín Velazco y Fausto Zerón-Medina, fue justificado como un error por parte del personal de limpieza, quienes “la retiraron al día siguiente de la inauguración, pensando que todo había terminado”, según dijo por escrito Villoro a Berenice Olmedo, una de las artistas afectadas.

Excélsior solicitó al área de prensa de El Colegio Nacional una entrevista con Martín Velazco y Fausto Zerón-Medina, quienes al igual que Villoro estuvieron en contacto o fueron informados sobre los pormenores de la exposición, pero la única respuesta oficial que dio la institución fue que “por un error de organización interna la exposición se desmontó unos días después del performance del 21 de octubre. Se notificó de esto al colectivo Biquini Wax EPS, organizadores de la exposición, y lamentablemente decidieron no volver a montarla”.Esta versión, explicó el artista Daniel Aguilar Ruvalcaba, responsable de la muestra, carece de sustento, ya que El Colegio Nacional nunca les notificó que la exposición se había desmontado, sino que fue después de que los artistas se quejaron, cuando les informaron que el personal de limpieza había retirado las piezas.

Pero es evidente que la gente de limpieza no puede tomar ese tipo de decisiones. Si en ese lugar hasta para mover una silla te piden un permiso por escrito. Es evidente que dieron la orden de quitar la exposición y nunca nos avisaron. Después como que les dio culpa e intentaron montar las piezas de nuevo, pero lo hicieron todo mal, además de que varias piezas se habían roto”, indicó Aguilar Ruvalcaba.

Para la artista Paloma Contreras Lomas “El Colegio Nacional actuó de manera negligente justo para censurar nuestro trabajo. Nos invitaron porque quieren mantener este discurso paternalista hacia los jóvenes, pero nunca pusieron atención a nuestras propuestas, justo por el tipo de temáticas que estábamos abordando”.

Al desmontar la exposición se dañaron las obras Ranitidina y Ritalina, de Olmedo (quién exigió por escrito que se le pagaran los daños); Sin título. (Pesos de los Estados Unidos Mexicanos), de Josué Mejía; América, vista desde las tres carabelas y Sin título, de Marco Aviña y Marek Wolfryd ; Atentado térmico. Lo más interesante de esa vida tan animada es que no tengo que hacer nada, de Israel Urmeer; y Monedas de un peso entre pan blanco, de Ha Vi.

Villoro originalmente había invitado a Aguilar Rubalcaba a la mesa Revoluciones estéticas: Las vanguardias, pero al planear su participación surgió la idea de  invitar a varios artistas jóvenes a realizar una exposición que permanecería un mes en El Colegio Nacional. Velazco, según dijo por escrito Villoro a Olmedo, “asumió ese nuevo compromiso, con entusiasmada generosidad”.