Videgaray esquía a placer en las lagunas neuronales de EPN

Los vacíos no existen en política. Es una regla que a veces hasta supera la ley de la impenetrabilidad física. La patética indefensión neuronal de Peña Nieto es una laguna mental profunda que ha cubierto hasta rebasarla quien ostenta el poder tras el trono, el destapador de sí mismo: Luis Videgaray.

En un artículo periodístico de colección, el colega Jenaro Villamil pone el dedo en la llaga y señala «las cinco cosas que Peña Nieto no quiere que el mundo sepa «. El listado, un análisis serio de la realidad, con el resumen inteligente, que distingue a los imprescindibles, Villamil señala las lacras más purulentas de las heridas nacionales.

Desfilan ?el robo electoral tramado en lo oscurito entre el presidentillo y el impresentable Calderón, a cambio de encubrir y tramar negocios pasados y futuros, el escándalo inocultable de la corrupción generalizada de la pandilla de Atracomulco, la impunidad prevaleciente en los casos recurrentes…

… de ejecuciones extrajudiciales, secuestros y desapariciones forzadas, los asesinatos de periodistas independientes que han hecho de México el tercer país más violento del mundo, y la ilegitimidad de los organismos estatales que calificarán el proceso, desarrollo y resultado de la elección presidencial del 2018.

Nuestras desgracias, por lasdecisiones del poderoso tras el trono

Como todo lo que ha sucedido en el llamado sexenio mexiquita, hasta lo execrable es real y siempre se queda corto. Las páginas no alcanzan para describir una tragedia cubierta con el manto protector de los medios a modo en la prensa escrita y radioeléctrica. Como al alcohólico: una no basta y diez mil no le alcanzan.

Desafortunadamente, el origen de todos los estropicios y los agravios causados al pueblo de México está en las decisiones tomadas por el poder tras el trono, un mequetrefe de tres al cuarto sin el cual el presidentillo designado y firmón de turno no puede vivir. En la peor tradición de los maniobreros de Palacio, Videgaray rompe todos los nefastos antecedentes de lo espurio.

Nadie duda que el ahora canciller es el parricida del sexenio

Las decisiones de Videgaray, premiadas hasta la exaltación por Peñita, han empobrecido a los menesterosos, secado la economía nacional, desalentado a los inversionistas y parado en seco las plantas y factorías productivas del campo y de la ciudad. El firmón de Los Pinos ha autorizado absolutamente todo.

El cien por ciento de los nombramientos en sectores estratégicos y la estrategia de esos mequetrefes designados, se deben a su influencia directa. Peña Nieto dejó en sus manos la integración de todo su equipo desastrado en la economía, las finanzas, la política, la cultura y el sector paraestatal.

Si alguien tiene alguna duda sobre la procedencia y los enjuagues que se coronan en todas las dependencias, casi siempre la resuelve buscando el origen del entrambulique en el dedo de Videgaray. Nunca falla el ejercicio, es más fácil que la tabla del 1. Nadie duda que el principal parricida del sexenio es él, por los reiterados esquinazos propinados a sus impulsores y ex valedores.

Peña Nieto, confía en él como si se tratara del Oráculo de Delfos

 Videgaray es el único mexicano que se puede equivocar diez veces por minuto y no ser reconvenido por alguien. Quien debería hacerlo, formalmente su jefe Peña Nieto, confía en él como si se tratara del Oráculo de Delfos. Los presupuestos públicos están a su disposición: como titular de la SHCP compró el título del mejor financiero del planeta. En la SRE se hace llamar el estadista Canciller. Toda una batea de mondongo.

A nadie se le olvida que jamás pudo calcular el precio de un barril de crudo, el crecimiento del producto interno bruto, siempre en caída libre, el monto de la devaluación escandalosa del peso, que bajo su conducción perdió el 30% de su valor de su capacidad adquisitiva apenas un año antes de que el financiero galáctico destrozara la moneda nacional.

La galopante inflación, el encarecimiento constante de la vida, la caída en productividad, competitividad y producción se deben a su visión de largo plazo sobre la rotundidad exitosa de las fracasadas reformas estructurales, un baldón ?nacional e internacional.

El robo descarado de dos billones de pesos del circulante, más las barras de oro que sostenían el valor del peso, escondidas por él y Carstens, su gato modorro, en los paraísos fiscales del Caribe norteamericano, más su reforma fiscal regresiva, destazaron toda esperanza nacional y llevaron al PRI a la pérdida de sus gubernaturas ancestrales en la reciente elección del 2016.

Presupuesto Base Cero, una de las muchas jaladas del peñato

De ahí se escogieron a los chivos expiatorios del sistema: los gobernadores priístas que perdieron la elección en sus coletos. Toda la nueva generación de próceres de huarache exaltados por Peña Nieto en su campaña y complicitados en los negocios del presidentillo fueron a la cárcel acusados de probable inocencia.

Sólo a un mentiroso indómito como Videgaray se le pudo haber ocurrido pagar una escandalosa y costosísima publicidad en medios para vender su exitoso Presupuesto Base Cero, una de las jaladas más feroces del peñanietismo. En cualquier régimen decente esto, por sí mismo, bastaba para ponerlo bajo una camisa de fuerza.

Como sólo a un jalado se le ocurre poner el honor nacional, el destino político del país y la proverbial tradición de la diplomacia mexicana y de sus arrestos para la negociación internacional en las riendas y bajo las órdenes del yernito de Trump, un improvisado y falaz aprendiz de bolsero en Nueva York, trepador de todas las pirámides, fracasado en todos los frentes, impugnado por la justicia y el sentido común estadunidense.

Espera resultos del TLC para hacerse presente. Quiere ser el elegido

El Virrey Videgaray es el eje principal y el monitor de las patéticas e indefensas neuronas del presidentillo. Agazapado ante la convulsión política y la inconformidad dentro del PRI, repartiendo maletas hacia todos lados, espera alguna luz en el TLCAN para hacerse presente y cobrar la factura a sus servicio Presupuesto Base Cero, una de las jaladas más feroces del peñanietismo. Quiere ser el elegido.

Echa tierra al fraude descomunal que mandó hacer a su cagancho Lozoya Austin en el bochornoso asunto de Odebretch, publicitando el gran descubrimiento de reservas petroleras veracruzanas, otro negocio para sus conclapaches extranjeros, no para el país. Pero los diarios cabecean que es el hallazgo del pueblo, para solventar su futuro. Y Peña alardea que Pemex, no los mexicanos, «volverá a ser rico».

La siempre atinada oreja del diario La Jornada, publicada bajo el título de «Rayuela», sentencia lacónicamente: «Imagínese toda la marejada de publicidad engañosa que nos espera durante el 2018.» Inmejorable.

Juega con sus ujieres, Meade, Nuño, Osorio Chong, Narro y Eruviel

Insatisfecho con el genocidio económico que ha provocado y manipulado frente a las narices y con el beneplácito extasiado de Peña Nieto, Videgaray incursiona, templa y manda en materia política para ajustar a sus modos y maneras la sucesión presidencial para armar su propio cuadro de ejecuciones.

Controla y juega con las ansias de novilleros de sus ujieres, Meade, Nuño, Osorio Chong, Narro y Eruviel. Sólo son fichas de cambio, alfiles de un ajedrez donde es el dueño de tablero y de las fichas. Es el que siempre ha mandado, al que los suspirantes priístas le deben la chamba y su marquesina.

Forman parte de su estrategia mendaz: dejar que todo explote, para convencer a Washington le ordene al de por sí convencido Peñita, que él y sólo él es la solución, el Mejoral para su dolor de cabeza, el Sal de Uvas para su estreñimiento neuronal, su amparo ante la posibilidad nada remota de terminar en la cárcel.

Y como en tierra de ciegos, el tuerto es rey… ya sabrá usted por dónde mastica la iguana.

¿A poco no?

Índice Flamígero:

Además de todo, tiene la piel delgada. Y así como se queja por no ser ovacionado –«ya sé que no aplauden»–, el mexiquita Peña Nieto se muestra dolido por las justas críticas de la sociedad que lo evalúa con apenas 10% de aprobación. Y es que cuando dice que los ciudadanos buleamos a las instituciones, en realidad externa estar pesaroso porque se le critica a él, a su falta de conocimientos y enjundia para solucionar los problemas de aquellos que lo eligieron mediante la escandalosa compra del voto, en 2012. + + + Sus lagunas neuronales volvieron a quedar de manifiesta hace unos días.

El popular portal Sopitas.com relató la nueva y ya casi cotidiana gaffe de la siguiente manera: «Dice que los ciudadanos le hacemos ‘bullying a las instituciones’. Que nunca valoramos su trabajo. Que nadie le aplaude y tal vez ese sea el motor que ha llevado al Presidente Enrique Peña Nieto a aventarse una Peña Nietina más, y confundir a Uruguay con Paraguay. Y es que, ¿pus quién les manda llamarse tan iguales? El resbalón tenía que ser como acostumbra nuestro presidente, es decir, con todos los reflectores, pues como sabemos no se anda a medias, por eso, cuando esta tarde recibió en Palacio Nacional a Tabaré Vázquez, presidente de la República Oriental de Uruguay, el preciso decidió presentarlo como el presidente de la República de Paraguay…. Y es que, gimnasia-magnesia, pototato-pototatoe, Uruguay-Paraguay. ¡Aplausos!».