Cambio de régimen desde lo local

 El título de la presente columna lo leí en algún medio como  parte de los objetivos pactados en el Frente Ciudadano  por México, no me cabe duda que es parte de un diagnóstico que obliga al replanteamiento del sistema político mexicano, cuyos resultados indican su agotamiento.

El proceso electoral inicia con instituciones débiles, deterioradas y desprestigiadas, comenzando por el descrédito que vienen acarreando los Partidos Políticos, que son los principales actores en las contiendas. Ante tal panorama no debe resultarnos extraño la cantidad de liderazgos sociales -de todo tipo-, que han optado por buscar la vía independiente en sus legítimas aspiraciones de ocupar un cargo de elección popular.

Por otra parte, escucho al presidente del PRI, decir que ese instituto político es el único que puede garantizar la «paz social», afirmación que para como están las cosas, huele más a burla o amenaza que a una posibilidad real.

Solamente basta con ver los encabezados de los medios de comunicación para darnos cuenta de lo que ocurre en el país en materia de inseguridad: ejecuciones, violencia, secuestros, extorsiones, desaparecidos y una enorme cantidad de fosas clandestinas que reflejan la descomposición en ese rubro.De la corrupción e impunidad prevaleciente ya ni hablamos, ha permeado como la humedad, es parte de un juego perverso donde la ética no tiene cabida.

Es obvio que de continuar el estatus actual, la generación de mejores condiciones y bienestar a la población es prácticamente imposible, por ello coincido en la necesidad de una transformación, eje central del frente ciudadano, con una agenda común y un gobierno de coalición, aunque estoy en desacuerdo con las decisiones cupulares, pues es caer en la tentación de más de lo mismo.Además estaría incompleta la estrategia si pretendiera satisfacer los requerimientos de un cambio profundo únicamente desde el centro, es necesario hacerlo en ambos sentidos; barrer la escalera desde arriba y construir los cimientos desde la base municipalista, área que se ha descuidado permitiendo desfalcos y excesos de los ediles, abriendo la puerta al desencanto y desconfianza ciudadana.

Así cuando mencionan que el régimen debe modificarse desde lo local, viene a mi mente el fortalecimiento de los municipios a efecto de que sea a partir de la organización social primaria la transformación democrática del país, pues es ahí donde se localizan las raíces de los problemas, aunque también desde ese ámbito arrancan los motores del desarrollo.