Han pasado 15 años desde que Hiroshi Ishiguro construye androides. Sus réplicas humanas son conocidas en todo el mundo por ser realistas y muy convincentes de lo que serán los humanoides del “futuro”. Inclusive cuenta con un robot clon, con el que bromea y asegura que lo fabricó para que éste dé las presentaciones y no tenga que viajar a otros países.
Ishiguro estará la próxima semana en México, en la quinta edición del festival de emprendimiento INCmty, pero acepta tomar una videollamada desde su laboratorio en Osaka, Japón, para hablar del uso que tendrán estás máquinas a muy corto plazo.
“En 10 años podrás vivir con un androide, podría ser tu pareja”, contesta cuando se le inquiere sobre la posibilidad de enamorarse de una máquina, como él lo ha comentado en otras ocasiones.
“Es en serio, en 10 años”, reitera ante mi escepticismo. Sin titubear afirma que compartiremos con ellos nuestro hogar, seremos sus socios de negocio, e inclusive serán nuestros mejores amigos.
Este experto japonés en inteligencia artificial y fundador del laboratorio que lleva su nombre, está convencido de que los robots antropomorfos serán presentadores de noticias, conserjes, maniquíes vivientes y camareros. “Nunca se cansan, pueden seguir trabajando cuando los humanos nos sentimos exhaustos. Te aseguro que en una década habrá gente que se enamore de ellos”.
Desde el punto de vista de la academia, Ishiguro responde que los más de 30 androides que ha construido le ayudan a comprender la interacción persona-máquina, aunque afirma que su búsqueda va más allá de encontrarse a sí mismo en un clon, y mostrar que en temas de inteligencia artificial no hay ningún peligro como muchos lo creen.
“He construido réplicas de un presentador de noticias, una actriz y un modelo de pasarela. Estos androides han hecho numerosas presentaciones públicas, en cafés y grandes almacenes, cantando en centros comerciales, actuando en una obra de teatro. Ninguno ha mostrado ser un peligro”, responde ante la pregunta de que si una máquina podría convertirse en un “replicante”, como esos que vimos en Blade Runner.
“Creeme, así como hay hoy una adicción a los videojuegos, la gente amará a los robots. Tu los amarás”.
CONCIENCIA Y EMOCIONES
La mirada profunda y el pelo negro desaliñado son parte de su personalidad. Justo así es como luce su robot clon, del que asegura aprende a conocerse mejor asimismo a sus 54 años de edad.
Respecto a si en un futuro las máquinas que fabrica podrían tener conciencia y emociones, que es lo que nos diferencia como humanos, Ishiguro contesta que es muy probable que no como nosotros, pero sí de una manera sintética, artificial,
“La conciencia y las emociones son lo que nos hace ser semejantes a los animales. Yo no se si algún día alguna máquina podrá tener emociones o una conciencia similar a la del humano, pero podemos programarlas para que sean lo más cercano”, señala.
Respecto al costo de crear un robot que pueda ser nuestro “otro yo”, Ishiguro señala que es caro aún, fuera del alcance de la gran mayoría.
“Para recrear la presencia humana en un androide necesitamos saber más sobre nosotros mismos, sobre la acumulación de señales y micromovimientos que desencadenan nuestra empatía, que nos tranquiliza y nos hace confiar. En eso trabajo ahora”.