Frente: se desmorona Anaya; quedan Mancera y Moreno Valle

Una sombra de preocupación comienza a dominar Una sombra de preocupación comienza a dominar  el estado de ánimo de los panistas que aprobaron  el Frente Opositor/Frente Ciudadano porque su dirigente Ricardo Anaya Cortés perdió ventaja como única propuesta para la candidatura presidencial aliancista. Lo malo es el PAN apostó todo su resto a la nominación de Anaya.

Algunos panistas aliancistas consideran que Anaya cometió muchos errores, sobre todo el de no haber impedido la salida de Margarita Zavala de Calderón. Su argumentación es sólida: con un padrón electoral de alrededor de 400 mil militantes, el PAN ha ganado elecciones por el voto no-militante.

En el PRI ocurrió lo mismo en el 2006: Madrazo conservó el voto duro-duro pero otros priístas prefirieron pactar con Calderón.

La jugada política de Anaya fue convencer al PRD que sería imposible la victoria por sí mismos y entonces ofreció la alianza con la fijación del reparto del poder: la candidatura presidencial al PAN y la del gobierno de Ciudad de México al PRD. Pero ambos escenarios han cambiado: el PAN disminuyó sus expectativas por los escándalos de Anaya y al PRD no le alcanza con Alejandra Barrales para garantizar la victoria ante Ricardo Monreal, el PRI de Eruviel Avila y Morena que podría recomponerse a partir del liderazgo de López Obrador vía algún Juanito o Juanita.

En el tiempo político de cuarto para las doce, las candidaturas de relevo no le están gustando a Anaya: la muy competitiva figura de Miguel Angel Mancera y el ex gobernador poblano Rafael Moreno Valle que ha escalado posiciones aprovechando los descalabros de Anaya.

El escenario electoral hoy es diferente al que existía antes de los terremotos de septiembre: López Obrador viene bajando, el PRI ha explotado mediáticamente el debate en torno a la candidatura presidencial. En este contexto algunos panistas del entorno de Anaya creen que no todo está perdido, pero la condición sigue sin gustarles: un giro estratégico mediático para sacar a Anaya de la línea de golpeo y comenzar a construir otra candidatura presidencial aliancista.

La crisis al interior del PAN anayista está llevando a escenarios inesperados: que el PAN se salga de la alianza, aunque a costa de reconocer que ninguno de sus candidatos ganaría la presidencia; también han examinado —en menor medida— la búsqueda de un acuerdo con Margarita Zavala de Calderón.

La gran derrota de los panistas radicaría en el escenario de que el PAN se quede sin ninguna de las dos candidaturas —presidencial y CdMx— o mantenerse en la línea aliancista a costa de tener más probabilidades de fracaso electoral que de victoria. Esta mera posibilidad ha comenzado a mostrarse en un debilitamiento electoral de la base panista.

El problema que enfrentan los panistas es que Anaya se encuentra en una situación de sobretensión que impide los razonamientos políticos y sobre todo estratégicos. El Frente cometió el descuido de operar de manera exclusiva en los liderazgos elitistas, sin amarrar la viabilidad de la coalición con un programa de gobierno reformista que despertara el interés de los votantes en los trestemas fundamentales: la crisis económica, la crisis del sistema político priísta y la corrupción.

La caída en tendencias de Anaya, el reposicionamiento de Mancera y el repunte de Moreno Valle están acorralando a Anaya, pero entre los panistas existe el temor de que el presidente del PAN no reconsidere y lleve al PAN a la derrota.

Política para dummies: La política es el juego de ajedrez en el que siempre hay que estar, mínimo, cuatro jugadas adelante.

Sólo para sus ojos:

Las elecciones legislativas argentinas pasaron desapercibidas en México, pero su resultado fue importante: la derrota del populismo peronista-kirchnerista y la reafirmación del grupo conservador del presidente Macri.

El PAN enfrente el riesgo de otra fractura, ahora en el Senado, con el caso del fiscal de delitos electorales. Los senadores panistas-calderonistas pueden apoyar al PRI y derrotar al PAN. De darse este escenario, será otro problema para la menguada precandidatura presidencial de Ricardo Anaya.

Lo que son las cosas. El secretario de Salud, José Narro, dice sobre su posible nominación presidencial priísta: “aún no me decido”, pero la decisión será del presidente Peña Nieto, no de Narro. Claro, si pierde dirá que nunca se decidió y no que su prenominación fue inexistente.

Por cierto, el ex director de Pemex, Emilio Lozoya, centro del escándalo de Fepade, tiene todo, pero todo, el apoyo presidencial.