Toronto: Nada es casualidad

Ya he comentado anteriormente sobre algunas de las características de Toronto, la ciudad en que he pasado buena parte de este año y en donde viven dos de mis grandes amores: mi hija y mi nieto. Condiciones que la hacen una ciudad ejemplar, que recibe constantemente el reconocimiento como una de las ciudades con mayor calidad de vida del mundo. Hoy me referiré a otro descubrimiento que he hecho de esas formas de participación ciudadana, al lado de un gobierno responsable, a través de la cual los ciudadanos se hacen cargo de garantizar una mejor ciudad y un mejor barrio para los ciudadanos del futuro. Me refiero a las Business Improvement Areas (BIAS), que llamaremos en español Distritos de Mejora de Negocios.

Se trata de asociaciones de empresas vecinas que se comprometen a organizarse y contribuir de diversas formas para financiar proyectos en una colonia. Estas asociaciones público-privadas parten de la demanda de los habitantes de las colonias y les permiten sufragar un servicio público adicional a los que ofrece la ciudad. Los distritos y sus miembros buscan atraer clientes, estimular la economía y apoyar a la comunidad haciendo de la zona un lugar atractivo para vivir y hacer negocios.

Al participar en estas BIAS, las empresas generan estrategias de marketing regionales, reuniones de negocios, promoción del comercio y eventos para atraer visitantes e inversión al barrio, como sería el caso de festivales para facilitar negocios.

Adicionalmente se hacen cargo de la renovación de servicios públicos e instalación de espacios comunitarios.

Para entender cómo son financiadas, se puede observar el caso de la provincia de British Columbia. En ésta, operan 58 de estos distritos, los cuales contienen 60,000 negocios involucrados activamente. El financiamiento depende de una contribución que los establecimientos comerciales e industriales aportan según su tamaño (metros de frente a la calle), siendo éste el método más común de financiamiento. La aportación es pagada al mismo tiempo que el impuesto a la propiedad.

El primer Distrito de mejora de negocios se estableció en Ontario en 1969, cuando los empresarios en la zona Bloor West Village de Toronto se acercaron al gobierno provincial buscando alternativas para revertir el declive comercial y el deterioro del mobiliario urbano de la zona. El gobierno regional de Ontario, aprobó reformas dentro de la Ley Municipal para que los municipios designen «áreas de mejora negocios» y este modelo fue extendido a 82 distritos en Toronto.

En 1994, la ciudad de Los Angeles, por medio de su City Clerk, adoptó este modelo. En Los Angeles existen 40 distritos que han adoptado la forma del BIAS en regiones como Downtown, Hollywood, Westside, Harbor, y San Fernando.

Algunas de las iniciativas urbanas que éstos financian son: patrullaje de seguridad privada, limpieza de banquetas y mantenimiento, y en la parte de promoción de negocios realizan iniciativas de marketing y eventos especiales. Cada BIA se gobierna por un consejo de propietarios y se relaciona con el gobierno de la ciudad mediante un contrato.

Un caso muy interesante es el de los distritos industrial y de servicios en el centro de Loa Angeles. Por un lado, el Downtown Center Business Improvement District es una coalición formada por 1,700 propietarios y orientada a la mercadotecnia, la promoción de negocios y la seguridad y mantenimiento. Algunas de sus campañas son: guías turísticas, calendario de eventos, campañas turísticas de verano y días feriados, empleo temporal en servicios públicos de limpieza y un boletín mensual. Por otro lado, está el BIA de Los Angeles Downtown Industrial District el cual si bien también se enfoca en el desarrollo económico, programas de comunicación mantenimiento y seguridad, también atiende servicios sociales como es el caso de personas sin hogar, empleo y vivienda accesible.

Actualmente Toronto tiene dos iniciativas de mejora del espacio público mediante estos distritos: accesibilidad a personas con discapacidad y ahorro energético. La iniciativa de accesibilidad busca facilitar la implementación de la Accessibility for Ontarians with Disabilities Act, una ley que requiere que los negocios de la provincia tengan adaptaciones para personas con discapacidad. Sin embargo, el financiamiento de estas adaptaciones es costoso para un negocio individual. Por ello, el distrito ayuda a cumplir con los requisitos de la Ley. Por otra parte, la iniciativa de ahorro energético consiste en un diagnóstico que el BIA hace para detectar oportunidades de reducción de consumo o sustitución de energéticos.

Estas consultas se basan en Smart Mentors, las cuales son empresas que han logrado ahorros energéticos importantes. Adicionalmente, la iniciativa busca diseñar proyectos de alumbrado y decoración verde para el espacio público.

Estos ejemplos, de cómo llevar a la práctica iniciativas que pueden ser costosas o difíciles de implementar, tanto para los sectores público como privado, son de gran valor en un mundo en el que las asociaciones público-privadas toman cada vez mayor importancia. Estos modelos permiten combinar los recursos y habilidades de ambos sectores, así como les permiten compartir los riesgos y responsabilidades.

Como se puede ver en los distritos de Los Angeles y Toronto, son los negocios de la zona quienes apuestan a sus propias comunidades, apoyados por el gobierno, para resolver temas que los preocupan como son la seguridad y el mantenimiento de sus colonias. Haciendo esto por medio de modelos que se adaptan a sus propias necesidades y sobre los cuales puede haber un control del gasto de recursos, así como de los resultados.

Ojalá que en la Ciudad de México tomemos nota de estas formas de participación de la ciudadanía y sus empresas en el mejoramiento de su entorno para el desarrollo de negocios, tan importantes para garantizar la viabilidad económica de un conglomerado humano de la complejidad del nuestro. Que Toronto sea una gran ciudad, no es casualidad.