Peligra acervo de Leo Matiz

El archivo fotográfico de Leo Matiz (1917-1998) en México que permanecía resguardado en las bóvedas de de la fundación que lleva su nombre, ubicada en la calle de París No. 7, en Coyoacán, fue extraído sin supervisión profesional y puesto en riesgo.

Esto sucedió el pasado jueves 5 de octubre, cuando la empresa LM extrajo el material fotográfico con ayuda de una mudanza convencional, sin la intervención de personal acreditado o con los mínimos procedimientos de seguridad y conservación, a pesar de que dicho material busca el registro en el Programa Memoria del Mundo de la UNESCO, y de que una breve muestra se exhibe en dos exposiciones temporales en los museos del Palacio de Bellas Artes y Antiguo Colegio de San Ildefonso.

Según el informe de la Fundación Leo Matiz, cuya copia tiene un Diario de circulación nacional, el material fotográfico integrado por más de 180 mil piezas entre impresiones, diapositivas, transparencias, negativos, dibujos, grabados, pinturas, películas y 11 mil documentos, donde destacan las instantáneas de escritores, artistas, las muestras de arquitectura europea y latinoamericana del siglo XX y los paisajes que emulan al Macondo de Gabriel García Márquez, fue trasladado en desorden “por personal ignorante y no profesional”, sin medidas de seguridad que garantizaran su catalogación, preservación y estabilidad, provocando daños, alteraciones y posibles sustracciones.

Un factor de riesgo adicional, planteado por la propia Matiz, es que el archivo fue removido junto con ejemplares de nitrato de celulosa, los cuales deberían transportarse y almacenarse por separado y en condiciones estrictas de temperatura, debido a que son altamente inflamables y pueden provocar un incendio.

El informe fue escrito por la encargada del archivo Valeria Vega, donde informa que el hecho ocurrió a las 14:00 horas, durante su horario de comida, cuando al volver “encontré un camión de mudanzas que trasladaba todos los materiales del acervo sin que nadie hubiese entregado un oficio por escrito o informado verbalmente de que ello sucedería y en qué condiciones”.

A simple vista, añadió, “el traslado de los materiales no cubrió con los requisitos propios de una mudanza de obra con valor patrimonial, y su mal manejo puede tener consecuencias en la preservación del archivo”.

El documento explica que los materiales fueron retirados sin respetar el orden creado por los conservadores, ocasionando una pérdida en la clasificación y el contexto de los materiales. Aunado a esto, precisó, no existió un control en la salida de las fotografías, alguna lista que corroborara el material retirado o la firma de un responsable de su retiro, “rompiendo claramente con las políticas documentales de la fundación”.

A este informe se sumó la voz del bibliotecario y perito valuador Robert Endean Gamboa, quien calificó el hecho como lamentable: “Es lamentable que en estos momentos que estamos aplicando para el registro en el Programa Memoria del Mundo de la UNESCO, se dé este trato desmesurado, atentatorio y con alto grado de vejación al legado de Leo Matiz. Es además muy injusto que se trate así la obra de un artista de talla internacional”.

Sin embargo, ésta no es la primera vez que el acervo del fotógrafo colombiano está en peligro. La primera vez fue en marzo de 2010, cuando Alejandra Matiz Caicedo volvió a la Ciudad de México para retirar el comodato de este material al Museo Archivo Fotografía –dirigido entonces por Estela Treviño–, dado que sus instalaciones no contaban “con las condiciones de seguridad y climatización”.

ATENTADO CULTURAL

 Cuando Matiz Caicedo conoció los detalles de primera mano, envió un escrito urgente a la empresa LM –cuya copia también tiene Excélsior– para expresar su “manifiesto y categórico rechazo e indignación ante lo ocurrido”.

Debe aclararse que la propia Matiz Caicedo cedió el archivo fotográfico a la empresa LM, a cambio del 50% de las acciones de dicha empresa, sin aclarar públicamente cuál fue el destino físico del material, las razones de su traslado y los detalles del acuerdo comercial que firmó para la difusión, promoción y venta de este material fotográfico.

Ademas, sorprende que Matiz Caicedo desconociera los detalles del traslado del acervo, como ella misma lo reconoció:

“En mi calidad de propietaria del 50% de las acciones de la empresa que tiene la propiedad del archivo, considero que se me debería haber informado con anticipación de este movimiento de la obra para organizar el traslado de manera controlada a fin de evitar posibles daños, como me temo que ha ocurrido”.

Y añadió: “Por ello exijo que se me informe inmediatamente la ubicación física donde se encuentra actualmente el acervo para realizar una inspección ocular así como de las condiciones de almacenamiento en que se encuentra, pues estos materiales son extremadamente sensibles y están en peligro de sufrir daños irreversibles si no se garantizan las condiciones óptimas y necesarias para su conservación, lo cual sería una incalculable pérdida no sólo para LM, sus asociados y para mi persona, sino para el patrimonio cultural de la Humanidad”.

Al respecto, la heredera calificó el acto como un “atentado a la integridad física del acervo”, dado que las personas involucradas no poseían los conocimientos técnicos ni comprendieron el valor patrimonial de un acervo como éste.

Y reconoció que las fluctuaciones bruscas de temperatura y humedad relativa podrían provocar cambios, deterioros físicos, químicos y mecánicos en los soportes como en la emulsión de sales de plata de las fotografías, así como deformaciones, craquelamientos o desprendimientos de la emulsión en las imágenes de plata.

Por último, Matiz Caicedo se deslindó de cualquier responsabilidad, responsabilizó a la empresa LM –de la cual ella es mitad propietaria– por los daños y solicitó un informe detallado:

En este acto me deslindo de toda responsabilidad por los deterioros que haya podido sufrir nuestro patrimonio como consecuencia de su sustracción del entorno protegido en que se encontraba, al no haber sido informada previamente a su realización ni permitírseme por lo tanto estar presente durante su ejecución y hago responsable a la empresa LM… y a quienes hayan ordenado y dirigido esta operación de traslado de dichos posibles daños y pérdida de valor del conjunto de obras que conforman este acervo de Leo Matiz en México”, dijo.

​Al cierre de esta edición no fue posible localizar a Alejandra Matiz para que aclarara su relación con la empresa y el por qué se transportó de forma negligente el archivo de Leo Matiz (1917-1998), de quien este año se programaron distintas exposiciones para celebrar el centenario de su nacimiento.