Betsabeé Romero; tributo al migrante

Quien no entienda que todos somos migrantes está mal, comenta tajante la artista visual Betsabeé Romero (Ciudad de México 1963), quien se define como “una migrante emocional”.

Para la creadora que montó hace 20 años su primera instalación en los límites geográficos entre Tijuana y San Diego, la frontera “hace patente que la cultura es transgeográfica, que somos un pueblo que se desarrolla de ambos lados y debemos estar juntos y ser solidarios”.

Este espíritu animó la creación de la pieza Tu huella es el camino. Tu bandera es de paz, explica en entrevista, con la que desea comunicar que “la migración es el eje de la cultura de la humanidad, un fenómeno que nos define como seres humanos desde hace tiempo”.

Cien banderas blancas, colocadas una cada tres metros, 50 en Tijuana y 50 en San Dan Diego, conforman la instalación que integra, además, cien hormas de madera para zapato que evocan los pasos de los migrantes en busca de una vida mejor.

Es un homenaje a todos los migrantes que cruzan y han cruzado la frontera entre México y Estados Unidos por razones de trabajo. Personas que con enormes esfuerzos personales y familiares lo han arriesgado todo para ofrecer su mano de obra, su disposición de aprender, sus ganas de encontrar una salida a situaciones difíciles que los forzaron a migrar”, detalla.

Un homenaje a los migrantes que han abierto camino y que nos han enseñado a mexicanos de uno y otro lado a resistir y a caminar con paso firme por el sendero del trabajo y de la amistad con otros pueblos y culturas”, añade.

La instalación que se extiende 150 metros sobre la arena de Playas de Tijuana y 150 metros hacia el litoral de la californiana San Diego se inauguró la tarde de ayer y estará exhibida sólo hoy.

Romero destaca que esta urbe bajacaliforniana es la segunda en la que instala esta obra. Su primera edición fue realizada, con apoyo de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) y del gobierno de Chihuahua, en mayo pasado en Ciudad Juárez (Chihuahua)-El Paso (Texas); y están programados otros cruces transversales con la misma pieza en Nogales-Nogales y en Aguaprieta-Douglas (Arizona) en los próximos meses.

CONTRA EL MURO

 Romero destaca que la idea fue “construir líneas transversales, opuestas, contrarias a las del muro y cruzarlas, pero con la memoria, la significación de esos pasos, de esa huella que han dejado los trabajadores migrantes que siempre han llegado en son de paz y han dejado un camino trazado con sus valores culturales”.

Indica que dos personas que no conocía tenían acceso a las hormas de madera para zapatos que decidió colocar atravesadas a la mitad del asta de las banderas. “Son de los años 70, eran de una marca de tenis mexicanos que tronó. Y pensaron que yo podía hacer algo con ellos. Me encantaron estos objetos de madera, que para mí tienen una simbología mitológica, desde la creación del hombre, el hombre de madera”.

Para la artista, la madera es un material que tiene que ver con lo humano. “Hacer estas formas a través de un grabado manual, hacerles otra vez los dedos, las uñas, reconstruirlos con la caricia de las manos, es como si lo hiciera con los migrantes. Quisiera que la gente se acercara con sus miradas, sus caricias, con su memoria a estas huellas que están lubricando el camino”, añade.

Romero piensa que esta instalación adquiere un significado distinto ahora que una persona como Donald Trump ocupa la Presidencia de Estados Unidos. “Ha sido como una inquietud más fuerte trabajar con grupos migrantes y en el lugar del crimen, como se podría decir”.

Indica que “siempre ha sido incoherente querer dividirnos con un muro y en especial este que entra hasta el mar. Este me parece el lugar más simbólico de la frontera. Tijuana es casi una potencia cultural en México. Para mí era muy significativo llegar aquí. Le tengo mucho cariño. Yo me siento migrante como ser humano, pero fue esta frontera la que me enseñó que significa esto”.

Tu huella es el camino. Tu bandera es de paz es visible de un lado al otro del muro divisorio. “Como una línea que sigue la espuma del mar, la línea del océano. La de la naturaleza, la del paisaje”, apunta la creadora visual.

Betsabeé Romero dice que como artista es una necesidad estar atenta a lo que sucede en la sociedad, como en el caso de los recientes sismos que sacudieron varias entidades del país.

Soy una artista mexicana, no sueca, y esto me determina. Soy una persona privilegiada en un país donde hay tanta violencia y muerte, sobre todo alrededor de las mujeres. He tenido todo en la vida. Es lo mínimo que puedo hacer”, asegura.

Y, como Betsabeé Romero deseaba, los tijuanenses que se dieron cita ayer para presenciar la inauguración de la pieza se acercaron con el alma abierta, sensible, para entender el significado de cada objeto.

La artista aclara que esta obra sólo se exhibirá dos días debido a que las autoridades de San Diego les cobraron mil 200 dólares por día para permitir la instalación en la playa; es decir, pagó un total de 2 mil 400 dólares en el lado americano. El ayuntamiento tijuanense le dio todo el apoyo.