A río revuelto, ganancia de pescadores

Aún no salimos del impacto causado por el temblor del Aún no salimos del impacto causado por el temblor del  19-S, donde afloraron reales sentimientos de solida ridad y valores nacionalistas, así como también algunas muestras de mezquindad, a la vez de un generalizado reclamo e inclusive repudio sin distinción alguna a la clase política, donde agarraron parejo.Ante tal situación los Partidos Políticos se vieron obligados a reaccionar, estaban conscientes además que debían hacerlo con la rapidez que ameritaba el caso, razón por la cual los dirigentes sin consulta alguna a sus órganos colegiados -estaban ciertos de que nadie se opondría-, anunciaron su determinación de renunciar total o parcialmente al financiamiento público a efecto de que esos recursos sean aplicados a procesos de reconstrucción.Bajo presión o no, esa parte es loable aunque tiene sus bemoles; en principio es un reconocimiento de que seguimos padeciendo una democracia cara sin los resultados esperados por la sociedad, el despilfarro en campañas políticas y la necesidad de orientar correctamente los recursos del erario.Por otra parte, regresamos al viejo dilema ya superado sobre los recursos públicos a los Partidos Políticos, que se otorgaron con la intención de hacerlos transparentes; propiciar equidad en las contiendas y; evitar el ingreso de dinero sucio.

Tales premisas se encuentran severamente cuestionadas, las últimas campañas políticas dígase Coahuila, Estado de México y la pasada elección presidencial se vieron plagadas de irregularidades principalmente por el uso indiscriminado de gastos.En esa medida volver al financiamiento exclusivamente privado a sabiendas además -sin duda-, del desvío de recursos y programas sociales del gobierno para favorecer a sus candidatos, significa un grave atentado en contra de la incipiente cultura democrática del país. Lo conveniente es reducir significativamente los recursos públicos a los Partidos Políticos sin tocar las reglas establecidas de las aportaciones de particulares, así, tendrían que echar mano del voluntariado, ser creativos e innovadores, amén de seguir las prácticas tradicionales en busca del voto ciudadano de gastar suela, sudor y saliva.Cabe hacer mención especial sobre la posición del PRI-Gobierno en el tema, pues a la vieja usanza se volvió a pasar de vivo -por decir lo menos-, ya que condiciona la reducción de recursos públicos a la eliminación de diputados plurinominales, esa medida que se aprecia ante los ojos de la opinión pública en términos favorables, es en sí, provocar un verdadero desequilibrio en la representación de las Cámaras, donde con un porcentaje de votación mediano se puede obtener prácticamente una mayoría parlamentaria absoluta.Esa propuesta quizás es indicador que está consciente de la dificultad para ganar la próxima presidencia de la República y, por lo tanto, pretende gobernar desde el Congreso; o bien, evitar el recorte del financiamiento público, no porque le hagan falta los recursos, sino en virtud de que con esas cantidades es más fácil esconder los gastos reales de las campañas.Así, en los próximos días y semanas encontraremos interesantes debates, algunos que pensamos estabas superados, pero, en medio del caos, la crisis y la tragedia, hay quienes perciben la oportunidad de obtener raja, a río revuelto, ganancia de pescadores.