El Liverpool perdonó la vida al Spartak Moscú (1-1) en un partido en que el brasileño Coutinho marcó el gol del equipo inglés, al que le faltó pegada para llevarse los tres puntos.
El Spartak, que no recibía un partido de Champions desde hace cinco temporadas, no pudo contar con dos de sus puntales por lesión, el ruso Denis Glushakov y el holandés Quincy Promes.
Mientras los rusos apostaban por el contraataque, el Liverpool buscó el gol desde el principio y así Mohamed Salah dio el primer susto a Artyom Rebrovcon un disparo desde la izquierda al cuarto de hora, pero el guardameta local despejó con el pie.
Poco después, de nuevo Rebrov salvó a su equipo al realizar una magnífica parada tras un cabeza franco desde el corazón del área de Firmino al 18’.
Pero los moscovitas aprovecharon los crónicos problemas en defensa del equipo inglés para golpear primero a través del brasileño Fernando.
Un disparo de tiro libre a varios metros del área, ante el que el alemán Loris Karius pudo hacer mucho más, fue todo lo que necesitó el Spartak para marcar en su primera ocasión del partido al 23’.
Las dudas que se apoderaron del Liverpool las resolvió Coutinho casi en el primer balón que tocó.
Fue una rapidísima pared con Sadio Mané, cuyo pase le dejó solo ante Rebrov, al que el futbolista pretendido por el Barcelona batió fácilmente en su salida al 31’.
En la segunda parte el encuentro fue más abierto, ya que los rusos asumieron que el rival no era tan fiero como lo pintaban, aunque Coutinho volvió a avisar de tiro libre, disparo que fue despejado por Rebrov.
Los rusos resistieron el asedio y viajarán a mediados de octubre a Sevilla con dos empates en su haber, mientras los ingleses deberán derrotar al modesto Maribor en la próxima jornada para no complicarse el pase a los octavos de final.