La pareja caníbal que drogó, asesinó y devoró a 30 personas

Hay quien asegura que la deshumanización va en aumento en nuestro mundo, tal vez no esté tan alejado de la realidad.

Un hecho que ha consternado a toda Rusia es la detención en Krasnodar, al sur del país, de una pareja sospechosa de haberse comido entre siete y 30 personas. Se trata de Dmitry Beshaev de 35 años y Natalia, de 42.

De acuerdo al medio local NTV, hace unos días las fuerzas de seguridad rusas lograron arrestar al hombre gracias a que un obrero, que trabajaba en la Academia Militar en Krasnodar, encontrara un celular con fotografías de trozos de un cuerpo humano. El hallazgo del teléfono coincidió con el descubrimiento de una cubeta y un paquete llenos de fragmentos diseccionados del cuerpo de una mujer.

Al verificar los datos del teléfono se pudo dar con el domicilio de Dmitry, quien fue detenido junto a su esposa y cómplice. En el interrogatorio el hombre aceptó ser el asesino de la mujer y aseguró que no había sido la única pues durante dos décadas ingirieron a 30 personas.

Según algunas fuentes locales, la sádica pareja operaba en la región desde 1999 y cuando elegían a una víctima la drogaban con Corvadol, para luego asesinarla, desmembrarla y preparar lo que se comerían en ese momento. Lo que sobraba lo guardaban en paquetes para congelar.

Hasta el momento, se han identificado ocho partes de cuerpos de personas desolladas, además de frascos con restos de personas que habrían sido convertidas en «conserva».

Ante la gran similitud y escándalo del caso, cientos de personas han comparado a la pareja con Andrei Romanovich Chikatilo, un exmiembro del Partido Comunista que fue conocido como «El Carnicero de Rostov», un hombre que asesinó al menos a 52 personas entre mujeres y niños entre los años de 1978 y 1990.

Chikatilo es considerado uno de los más grandes asesinos seriales de la historia. Se sabe que la vida de Andrei estuvo marcada por las humillaciones de sus compañeros de escuela y el terror psicológico que le implantó su madre.

Cuando creció se convirtió en maestro, se consiguió una esposa con la cual formó una familia, lo que hacía que nadie sospechara de su locura. En 1981 Chikatilo atacó a una prostituta de 17 años que se burló de él, la asesinó y le cortó los senos.

Todos sus asesinatos se caracterizaban por la violencia, sadismo, desmembramiento, cuerpos abandonados en medio del bosque y la mutilación de ojos o genitales que cortaba con cuchillos o los mismos dientes.