La fantasmal mansión a la orilla del mar de Ixtapa Zihuatanejo

En la cúspide de la zona montañosa de  Ixtapa Zihuatanejo yace una suntuo sa mansión abandonada desde la que se puede ver el estupendo mar de la costera de Guerrero.
El estilo con la que fue construida emula la arquitectura clásica griega, toda está revestida de mármol, hay esculturas de Poseidón y la Venus de Milo, además de murales que evocan pasajes de la historia y la mitología de Grecia.

En resumen, esta obra arquitectónica aspira a ser el Partenón, edificio creado entre los años 447 y 432 antes de Cristo por Pericles, para agradecer a los dioses la victoria contra los persas.
Por eso los imponentes barrotes en el acceso principal, por eso la dedicación de los pintores que elaboraron los murales en los que trazaron a griegos de cuerpos perfectos, por eso los detalles de las espectaculares columnas del edificio principal, por eso las puertas de madera tallada en cada habitación y los muebles mandados a hacer a detalle.

A diferencia del Partenón griego, el Partenón mexicano fue mandado a hacer por Arturo Durazo Moreno, mejor conocido como “El Negro Durazo”, un político de la década del 70 con mala reputación y que tras ser investigado se le encontraron suficientes elementos para expropiar sus mansiones, entre las que se encontraba la de Zihuatanejo.

Hecho lo anterior se le dio en concesión a autoridades municipales, estatales y a fidecomisos en Guerrero. Y si bien al inició se negó a todos el acceso al inmueble se ha empezado a usar de forma paulatina para eventos y como un informal atractivo turístico.

Por lo regular el vigilante del lugar deja pasar a grupos de siete personas por un pago de 200 pesos, aunque a veces es más laxo y con 100 pesos puedes conseguir entrar.
Cuando estés dentro verás la magnificencia de la obra, pero también el abandono al que ha estado expuesta por al menos tres décadas.
Pero a caso el deterioro hace a este lugar aún más interesante, por ejemplo, el polvo que ennegrece las esculturas de mármol resalta los detalles de cada pieza.
El abandono también genera un ambiente ruinoso que, sin planearse, favorece el estilo clásico de esta construcción.
Hace pocos años la artista Virginia Colwell se inspiró en el Partenón de Zihuatanejo para realizar una obra que mostrara, a través de dibujos finamente trazados, la complejidad de la construcción de este edificio. El interés le surgió porque su padre fue uno de los agentes del FBI que se dedicaron a capturar al entonces fugitivo “Negro Durazo”.
El día que vistamos este lugar estadounidenses, canadienses, rusos y mexicanos también lo recorrieron, sin duda es un sitio cada vez más visitado por su arquitectura, por su abandono, por la fantasmal sensación que genera recorrerlo, por lo mucho que nos encanta el misterio.