Estudio revela daños en cerebro de Aaron Hernández

El abogado de Aaron Hernández dijo que el cerebro del ex tight end de los Patriotas de Nueva Inglaterra exhibe indicios claros de la enfermedad degenerativa encefalopatía traumática crónica.

Jose Báez dijo que exámenes post mortem mostraron que Hernández sufría un caso severo de la enfermedad.

El diagnóstico de McKee fue etapa 3 de CTE (la máxima es 4), además mostró imágenes del cerebro donde se muestra una atrofia cerebral temprana, poco común a la edad de los 27 años, que era los que tenía Hernández cuando se suicidó.

La enfermedad puede ser causada por golpes reiterados a la cabeza y lleva a síntomas como cambios violentos de temperamento, depresión y problemas cognitivos. Hernández se suicidó en abril en una celda de la cárcel donde cumplía cadena perpetua por un asesinato en el 2013. Su muerte se produjo apenas horas antes de que los Patriotas visitasen la Casa Blanca para celebrar su victoria en el Super Bowl.

La CTE solamente puede ser diagnosticada en una autopsia. Un estudio reciente encontró evidencias de la enfermedad en 110 de 111 ex jugadores de la NFL cuyos cerebros fueron examinados.

La enfermedad ha sido vinculada a concusiones reiteradas y causa daños cerebrales mayormente en la región frontal, que controla numerosas funciones, incluyendo juicio, emociones, control de impulsos, conducta social y memoria.

Estrella de la Universidad de Florida cuando el equipo ganó el título universitario en el 2008, Hernández cayó a la cuarta ronda de la lotería de la NFL a causa de varios problemas, que incluyeron una trifulca en un bar y fallar un análisis de drogas. Su nombre fue involucrado también en una investigación de un tiroteo.

Una semana antes de su suicidio, Hernández fue absuelto del asesinato a tiros de dos hombres en el 2012 en Boston. Los fiscales habían dicho que el jugador baleó a las víctimas luego que uno de los hombres derramase accidentalmente un trago sobre él en un club nocturno. Dijeron que después se hizo un tatuaje de una pistola, con la inscripción “Dios perdona”, para conmemorar el crimen.