Tras haber sido declarado mentalmente incompetente en enero para enfrentar un juicio por homicidio, Camilo Quintero fue recluido como paciente de una clínica mental de máxima seguridad en Homestead.
El lunes, Quintero saltó por la ventanilla de emergencia de un autobús que iba por el Turnpike de la Florida, al sur de Lake Worth Road, en el Condado Palm Beach, y cayó a la autopista. Quintero, de 23 años, sufrió graves lesiones y estuvo en estado crítico hasta que murió el martes por la mañana.
El autobús, lleno de pacientes que debieron ser evacuados cuando la clínica se quedó sin electricidad por el azote del huracán Irma, regresaba al Centro de Evaluación y Tratamiento del Sur de la Florida, perteneciente a Correct Care Solutions y donde viven 238 pacientes.
En un correo electrónico que le envió al Miami Herald, Jim Cheney, portavoz de Correct Care Solutions, dijo que tres guardias de seguridad, un empleado de la institución y un enfermero viajaban en el autobús con un agente de la Patrulla de Caminos de la Florida (FHP) escoltando al vehículo. Quintero, se encerró en el baño y después abrió a la fuerza la ventanilla y se tiró a la autopista.
“Se trata, sin duda, de un trágico incidente, y nuestros pensamientos están con la familia del paciente”, escribió Cheney.
De acuerdo con el informe de arresto de Quintero, en diciembre de 2015, cuando vivía en el complejo de condominios Kenlands Walk, apuñaló a un compañero de casa varias veces y no satisfecho con eso, metió un pomo de colonia en un calcetín y le pegó violentamente en la cabeza hasta matarlo. Según el reporte policial, Quintero no se demoró en confesarle a la policía lo que había hecho.