En Minnesota, las estrellas de futbol americano tienen el sello «Hecho en Cancún»

Peter Nyhus, nativo de  Minnesota y retirado de  su carrera como ejecutivo en el mundo de las finanzas, llevaba ya décadas de viajar al Caribe a finales de año para aprovechar los paradisiacos inviernos en Cancún, donde solía quedarse durante meses.Así fue como en 2009 le tocó vivir una tormenta en la Riviera Maya.“El Huracán Ida llegó, pero no hubo mucho daño,” recordó Peter en entrevista con ESPN Digital. “Dos días después de la tormenta, estábamos limpiando y había un tipo musculoso cargando cosas. Le dije, ‘Seguro vas al gimnasio’, y me contestó que jugaba futbol. Yo pensé que se refería al soccer, pero no, era futbol americano.”El deporte de las tacleadas apasiona a Peter, quien fue asistente del coach en su alma mater, Gustavus Adolphus, en la universidad en Minnesota y luego entrenador en jefe en Valley City State University en Dakota del Norte.El jugador de futbol americano a quien Peter conoció tras la tormenta era Miguel Calzada, coach asistente con el equipo juvenil Lagartos de Cancún.“Peter vino a conocernos y quedó fascinado,” recuerda Miguel. A conocer al equipo cancunense, Peter tuvo una idea.“Todas las universidades pueden tener tiempo extra de práctica por parte de la NCAA si hacen un proyecto de servicio social a nivel internacional,” señaló Peter, quien llamó a su tocayo, Peter Haugen, actual coach en Gustavus Adolphus, y organizó una visita de esa universidad a Cancún para disputar un juego con los Lagartos en mayo de 2011.“Queríamos que nuestros jóvenes aprendieran de México e hicieran servicio social,” recalcó Haugen.Los jugadores de Gustavus Adolphus visitaron un orfanatorio, dieron una clínica para impartir clases de futbol americano a más de 90 niños y jugaron el partido amistoso ante los Lagartos.

Apodados los Golden Gusties, Gustavus no fue rival para Lagartos, que fueron blanqueados 53-0.“No pudimos anotar un solo punto,” recordó Calzada.Pese al resultado, Haugen se fijó en varios jugadores de la escuadra caribeña y apoyado por Nyhus, ofreció becas a los más destacados para jugar futbol americano colegial en Gustavus.“Era muy difícil por el proceso de admisión,” recuerda Nyhus.El proceso para un estudiante mexicano puede ser muy costoso y muy complicado por los criterios académicos impuestos por la NCAA.“Era muchísimo papeleo para los jóvenes y sus padres, aparte, con el tipo de cambio se volvía más caro todos los días,” señala Calzada.Nyhus abogó por los chicos de Cancún y regresó a Minnesota para buscar opciones.“Me paré ahí y pregunté quién era el encargado (de becas) y qué podíamos hacer para ayudarlos. Si Gustavus quería que les hiciera promoción en Cancún, necesitaba saber qué se necesitaba para que estos chicos quedaran en la escuela.”, indica Nyhus.La ayuda que recibió en Gustavus provino en gran medida de Violeta Hernández, empleada de la escuela y ciudadana mexicana por nacimiento.“Eso fue muy importante” destaca Nyhus.En 2013, el primer grupo de estudiantes mexicanos elegidos arribaron en St. Peter, Minnesota, el pequeño pueblo donde se encuentra la universidad. Bruno Rocha, Iker Ortiz, Sergio de Pablos Vélez y Mauricio Miranda llegaron desde Cancún para jugar futbol americano.