El Juchitán tradicional ya no existe: Toledo

  • Francisco Benjamín López Toledo es un artista plástico mexicano que también tiene una destacada labor como activista, luchador social, ambientalista, promotor cultural y filántropo

Del Juchitán que conoció Diego RiveDel Juchitán que conoció Diego Rive ra, quien lo inmortalizó en su última  obra mural en 1953; de ese mágico lugar, con sus construcciones que atrajeron a Rufino Ta-mayo, poco queda, ya que gran parte de su traza se ha transformado en escombros tras el devastador movimiento telúrico registrado el pasado jueves 7 de septiembre.

Esa imagen colorida y llena de tradición ya no existe, dice embargado de tristeza Francisco Toledo.Juchitán de Zaragoza es uno de los 41 municipios de Oaxaca afectados por el sismo de 8.2 de intensidad que la semana pasada provocó grandes daños a la población y a su patrimonio.

Entre los inmuebles que se perdieron están su iglesia del siglo XVIII y la Casa de la Cultura, que tanto ha impulsado el mismo Toledo (México, 1940), reconocido como el artista vivo más importante de México.

En este maravilloso lugar están las raíces del pintor, escultor, grabador y promotor social oaxaqueño; de allá es su familia, y en esa región del istmo nació una de sus hijas, la poeta Natalia Toledo. Por todo ello y más el artista no se ha quedado con los brazos cruzados: no solo ha abierto una cuenta bancaria para ayudar a las personas en desgracia, sino también trabaja en el diseño de una serie de grabados que pondrá en venta para generar recursos destinados a apoyar a sus coterráneos.

“Las imágenes son totalmente desoladoras: ver la Casa de la Cultura y la iglesia derrumbada me entristece porque Juchitán ha sido parte de mi vida. Allí viví con la tía Guadalupe de la Rosa, quien hacía pan, además de que conozco a los vecinos…Todo está tirado y destruido en Juchitán”, dice el pintor.

Pero dentro de la tragedia también hay buenas noticias: “Me dio gusto saber que un amigo, artista popular, está vivo. Recuerdo que cuando lo conocí era el pintor de los santos y los estandartes. Me llamó la atención lo que hacía, por eso lo visitaba con frecuencia y platicábamos largamente.

Él vive todavía, tiene 86 años de edad, y sobrevivió en los escombros de su casa. Salvó unos cuadros pese a que, según cuenta, ni gritar podía. Es un milagro que esté vivo, y como ésta hay miles de historias”, relata Toledo a MILENIO.

ZarandeoJuchitán será reconstruido y lo que resultará, según el artista, será un nuevo pueblo, sin su colapsado Palacio Municipal. La nostalgia lo envuelve y la tragedia lo conmueve, pero su espíritu solidario lo levanta. Toledo trabaja en el diseño y elaboración de una serie de grabados en el que evocará el ambiente de Juchitán, sus paisajes y sus personajes.

Recuerda que su mamá, cada vez que uno de sus hijos iba a nacer, si se encontraba en otro lugar; regresaba a Oaxaca, “para dejar el ombligo del lado oaxaqueño”.

Como defensor de las causas sociales, Toledo cuestiona que el estado, desde el punto de vista económico, político y social, “esté igual que todo el país: pobre, explotado y con salarios muy bajos”.
El también activista asegura que los problemas que se tienen en la entidad por la educación son muy grandes y parece que no tienen solución “porque se impone desde la Ciudad de México.

No sé por qué se empeñan en que seamos bilingües al hablar español e inglés cuando podríamos ser políglotas porque la gente de Oaxaca habla dos o tres lenguas. Las lenguas se pierden y eso es una tristeza, porque el ser diferente enriquece a este país. Cuando alguien sale de las comunidades contribuye a nuestra cultura: ahí están Benito Juárez, Porfirio Díaz, Flores Magón y José Vasconcelos”.

El creador plástico trabaja en una serie de grabados que tendrán como tema los temblores. “Pienso venderlos y lo recaudado entregarlo a las agrupaciones que se ocupan de ayudar a las comunidades que están en desgracia”.

Echa a volar su imaginación: está convencido de que puede representar uno de los juegos tradicionales que es muy común entre los niños de Juchitán: “Consiste en que un niño se acuesta en la hamaca y se debe agarrar muy bien porque otros dos lo empiezan a zarandear muy fuerte, hasta que logran tirarlo. Ese juego se llama chintacamaya.

Luego de ver todo lo que pasó en Juchitán, pareciera que alguien jugó con él de esa manera y lo movió tanto que lo tiró”. Toledo tiene puesta toda su atención en sus trazos y primeros bocetos, aunque todavía no tiene idea del número de obras que realizará: “Haré tantas piezas como gente que quiera comprarlas para ayudar a Juchitán”.

Francisco Benjamín López Toledo (Juchitán, Oaxaca, 17 de julio de 1940) es un artista plástico mexicano que también tiene una destacada labor como activista, luchador social, ambientalista, promotor cultural y filántropo, ha apoyado numerosas causas enfocadas a la promoción y conservación del patrimonio artístico mexicano, orientada al libre acceso a la formación artística y el cuidado del medio ambiente.

Francisco Toledo es considerado uno de los mayores artistas vivos de México, cuenta con amplio reconocimiento internacional. Es un experto impresor, dibujante, pintor, escultor y ceramista.

Su arte refleja un gran aprecio por la estética de la naturaleza, particularmente la de animales que no son convencionalmente asociados con la belleza como monos, murciélagos, iguanas, sapos e insectos.

En su escultura tiene dos formas de expresión, una donde representa cosas del mundo natural, específicamente bestiarios de distintos animales y otro donde se despega totalmente de la realidad. “Fragua, de ese modo, un universo que ata cabos con lo real y, simultáneamente, despliega la metáfora”.

Esta última se deja ver en su obra gracias a que representa figuras humanas y de otros animales en una forma de apareamiento ya sea explícito o simbólico. La visión moral de Toledo afirma que el mundo de los humanos y el de los animales son uno con la naturaleza.

En sus cuadros se representa mucho la androginia Toledo usa la modernidad y la vanguardia de otras civilizaciones, especialmente la europea, para sus obras y muestra un sentido de lo fantástico muy desarrollado al crear criaturas antropomórficas que son a la vez monstruosas y juguetonas, personajes que incluye en sus papalotes, máscaras, piezas de joyería y complejos grabados. Debido a sus obras, se dice que Toledo pertenece a la Generación de la Ruptura aunque no haya pertenecido históricamente a la misma.