63 mil muertos y millón y medio de desplazados: las guerras olvidadas de Asia y África que el mundo ignora

El ser humano ha propiciado las atrocidades más denigrantes y decadentes: hambrunas controladas, guerras innecesarias y genocidios masivos, que al acontecer en regiones tan lejanas, el mundo no tiene conocimiento por la lejanía o simplemente por la poca importancia que le dan los medios de comunicación.

La escalada entre EUA y Corea del Norte, el terrorismo de ISIS o la guerra civil en Siria son importantes y no hay que dejar pasarlos por alto. Sin embargo, existen otras masacres que los órganos internacionales pasan por alto y no son atendidos con urgencia, además de que no hay cabida para ellos en los medios internacionales.

A continuación te presentamos y explicamos algunos de ellos:

 Las hambrunas como arma de guerra (Sudán del Sur)

La nación más joven del mundo vive momentos graves de inconsistencia política, lo que ha obligado a las dos principales tribus del país a desatar una guerra civil a muerte para consolidar al poder que regirá al país.

Las tribus de los Nuer, quienes mantienen el poder actual y son dirigidos por el mandatario Salva Kiir, han mantenido una rivalidad histórica con la tribu de los Dinka, quienes son minoría y son liderados por Riek Machar, el principal opositor político y uno de los principales alentadores de la guerra civil en el 2013, tan sólo dos años después de que Sudán del Sur consiguiera su independencia.

Más allá de los enfrentamientos armados y las guerrillas, el ejército sursudanés usa el arma más poderosa que tiene para desestabilizar las milicias rebeldes de Machar: el hambre. Sin embargo, dicha arma afecta incluso más a 5 millones de civiles que a los mismos rebeldes Dinka, según datos oficiales del Sistema de Redes por Alerta de Hambrunas de la ONU.

Esta cifra representa la mitad de la población del país y se agudiza en la reserva natural de Ez Zeraf, donde sus habitantes cometen todo tipo de atrocidades como el canibalismo, de acuerdo con la reportera Jane Ferguson, corresponsal de The Guardian y colaboradora de Al-Jazeera.

Según las cifras oficiales de la ONU, hasta el 2016 la guerra civil sursudanesa había dejado más de 50 mil muertos y millón y medio de desplazados.

 La guerra silenciosa (Yemen)

Como si la guerra civil y la hambruna no fuera suficiente para el país más pobre de la Península Arábiga, la epidemia de cólera ha acabado con la vida de casi 2 mil personas en tan sólo tres meses.

Hospitales, carreteras, y puentes han quedado devastados en tres años dejando incomunicadas a las ciudades más importantes del país, lo que propició la instalación de campamentos improvisados donde la mala nutrición y las infecciones están a la orden del día.

La trifulca comenzó en 2014 entre el gobierno central y la organización extremista islámica de los Houthis quienes defienden y apoyan a la minoría chií musulmana del país y son financiados por el gobierno de la República Islámica de Irán, hecho que molesta a sus vecinos árabes (Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos) quienes hacen bombardeos constantes y bloquean las rutas mercantiles de alimento y medicamento que deberían abastecer a toda la nación.

La presencia yihadista produjo una discreta e injustificada intervención militar estadounidense. Ahora, Yemen es un territorio violado por la intervención militar masiva extranjera sin la intervención de comunicación extranjeros.

Yemen suma ya 10 mil personas muertas por la guerra desde marzo de 2015, con unos 565 mil 41 casos de cólera, según cifras de la Organización Mundial de la Salud.

 La limpieza étnica masiva (Congo)

Sólo por entrevistas y testimonios captados por organismos internacionales provenientes de desplazados y refugiados se pueden describir las atrocidades que se cometen en el Congo.

Entre la sanguinaria milicia independiente al gobierno Bana Mura quienes además de quemar vivas a las personas o mutilarlas públicamente, deben lidiar con el conflicto entre las tribus de Tshokwe, Pende y Tetela quienes se matan entre ellos por una supremacía étnica regional.

La violencia está centralizada en la región de Kasai, donde el caos imperante controla más la zona que el mismo gobierno congoleño. No existe ninguna intención del exterior por intervenir contra los crímenes de lesa humanidad, salvo cascos azules y observadores de derechos humanos que poco pueden hacer al respecto. El Observatorio de Derechos Humanos de la ONU, ha contabilizado ya un millón 40 mil desplazados y cientos de muertos.

La persecución étnica-religiosa (Myanmar)

La ONU ya contabiliza unas 100 mil personas desplazadas pertenecientes a los rohingyas, una minoría étnica musulmana de Myanmar, atacada y perseguida por el ejército birmano, ya que culpan al Islam del incitador a la violencia y a la radicalización de las sociedades. El gobierno los llama “terroristas” sin pertenecer a ningún yihad.

Los testimonios de los birmanos que huyen a Bangladesh, la India o Tailandia relatan que acuchillan, balean y violan a todos los rohingyas por lo que crearon una resistencia miliciana, que a pesar de su operación, se ven superados en número y armamento por el ejército birmano.

El gobierno ordena la quema de viviendas, donde recientemente acabaron con más de 2 mil 300 pronas, mientras que los sobrevivientes son torturados y asesinados. Organizaciones internacionales acusan y critican al gobierno de Myanmar por arremeter tan violenta e injustificadamente contra su propia población.

Hoy, según las cifras de la comandancia general del ejercito birmano, se contabilizan más de 400 muertos y 100 mil refugiados.