Sobre la calle Tonalá, en la colonia Roma, los robos durante este año han sido una constante. Ramiro, propietario de un negocio de tlayudas y cervezas artesanales, fue víctima de este delito en dos ocasiones. Dice que los movimientos de los delincuentes son perfectos, llegan justo en el momento en que no hay patrullas y se llevan todo, desde las cervezas más caras, hasta teléfonos de los clientes.
Con la misma suerte han corrido restaurantes y cafeterías de las calles Coatepec, Tepeji, Campeche, Jalapa y varias más. Sólo en este año, según la Procuraduría capitalina, 17 negocios en todo el corredor Roma-Condesa han sufrido algún robo. Los dueños aseguran que la cifra es más alta; sin embargo, pocos denuncian por temor a perder la clientela y prefieren pagar lo robado a sus consumidores, que acudir a las autoridades.
DETECTAN A TRES
Los trabajos de investigación de la Procuraduría capitalina han podido establecer que tres bandas criminales son las encargadas de robar estos giros, y que han logrado extenderse a las colonias Nápoles, Anzures, Anáhuac, Narvarte, Nochebuena y Del Valle.
Los sospechosos se “camuflajean” como habitantes de las zonas. Antes de atracar, hacen rondines, algunos llegan a los lugares a tomar un café, otros sacan a pasear a sus perros o simplemente se dan vueltas en bicicletas simulando ser ciclistas, para que nadie sospeche de ellos. Una vez analizado el lugar, entran a robar.
Los seguimientos que se han hecho de las cámaras de seguridad, ubican a dos de estas bandas en la colonia Doctores.
Otra problemática que enfrentan es la “mala fama” que se crea cuando un negocio es robado. Los propietarios afirma que una vez que un asalto sucede, el lugar pierde prestigio y el cliente no regresa; por esto, no denuncian y piden a los afectados callar, a cambio de reponerles en efectivo todo lo perdido. Aseguran que así nadie se entera de lo sucedido y los comensales siguen llegando.