Hay más bacterias en el menú de un restaurante que en un sanitario

Siempre creemos que un sanitario es uno de los lugares más sucios porque ahí se depositan heces fecales y orina, pero este objeto acumula más bacterias porque, como el dinero, pasa de mano en mano.

Los comensales de un restaurante desconocen que en los menús se acumulan una infinidad de bacterias porque las cartas de los alimentos que venden en estos lugares nunca se desinfectan, mientras que un baño sí.

No se trata de una creencia, que de seguro ahora la piensas con lógica, porque este hallazgo se sustenta en el estudio español Pathogen persistence in restaurant menus: comparison between materials.

La investigación nació en el área de Ciencia y Tecnología de la Facultad de Ciencias Gastronómicas Basque Culinary Center de San Sebastián, en España, que lidera el profesor Miguel Ángel López.

¿En dónde estaría el origen del foco infeccioso? En primer punto, por la falta de higiene del personal de los restaurantes, pero también de los clientes que se sientan a la mesa y, en la mayoría de las veces, no se lavan las manos antes de comer y contaminan aún más las cartas.

Las muestras que tomaron en los menús revelaron que albergan miles de millones de bacterias por centímetro cuadrado, donde conviven algunas tan famosas como el E. Coli o el S. Aureus.

El primer virus proviene del intestino humano, los animales y sus heces, mientras que el S. Aureus se desarrolla en la nariz, la piel, las heridas y la base del cabello. Por esto exigen a los cocineros que usen gorro.

La medida se suma a la de evitar que un cabello caiga en los alimentos, pero resulta más importante que la comida no se contamine con la bacteria del S. Aureus, causante de la fastidiosa sensación del “la comida me cayó pesada”.

La investigación española se realizó luego de tres meses de seguimiento, cuyo objeto de estudio fueron las cartas de 12 restaurantes y la inoculación de sus bacterias. Es más, participaron sitios que poseen una estrella Michelin.

Es así que la sugerencia para evitar propagar los virus se resolvería con menús de papel, que día a día se desechan y que comprueba aún más su efectividad si fue elaborado con material reciclado que contiene bactericidas. La otra opción es todavía más simple: desinfectar los menús igual que lo hacen con una barra.