Ahora es Slim, pero ¿quién era el hombre más rico de México hace 100 años?

En aquella época no existía la revista Forbes, ni los conteos con base a sus empresas, rendimientos o cálculos de acciones en el mercado de valores, pero en 1901 este hombre era considerado el más rico de México.

Mucho antes de la época de la Revolución Mexicana o de que naciera el magnate Carlos Slim, un estadounidense lideró la riqueza de nuestro país por alrededor de 60 años: William O. Jenkins, un hombre que hasta en la política tenía respaldo.

Su fortuna la hizo en la producción de azúcar y fábricas textileras, dos campos en que era líder y sin competencia en el mercado. Sin embargo, fue un duro opositor a que surgieran los sindicatos para obreros y campesinos.

Pero tuvo una parte altruista, con la que participó para financiar películas de la llamada «Época de oro del cine mexicano”, en la década de los años 40 y 50. También se sabe que dio apoyos a escuelas, universidades, infraestructura de carretera y becas estudiantiles.

Este enigma en torno a “quienes más tienen” lo plasmó el escritor y académico Andrew Paxman, un historiador inglés radicado en México que le dedicó a Jenkins su último libro sobre la fortuna que amasó en tiempos de la revolución.

En las páginas descifra sus relaciones empresariales, con la Iglesia y las de poder con la élite política mexicana, como el presidente Manuel Ávila Camacho o su hermano Maximino Ávila Camacho.

La biografía del “gringo más odiado y amado en México” se publicó en inglés en la casa editorial Oxford University Press. Allí explica cómo fue a parar su fortuna a The Mary Street Jenkins Foundation.

Es ahora que el proceso de las biografías sobre hombres millonarios lo está guiando hacia Carlos Slim, quien desbancó a Jenkins ahora en la época moderna. El único obstáculo es que del ingeniero Slim nadie quiere hablar, mucho menos amigos y familiares.

Otro libro de Andrew Paxman que podría interesarte es el que hizo sobre “El Tigre: Emilio Azcárraga y su imperio Televisa”, que en el año 2000 le robó atención a otros empresarios de los medios de comunicación y la televisión, como el inglés Rupert Murdoch