El tradicional Informe

Desde hace años que dejó de ser el día del Presidente, la parafernalia y el besamanos quedaron atrás, ni hablar de asistir a la sede de la Cámara de Diputados, ¡Sería una locura!

El horno no está para bollos, se consideraría un evidente acto de provocación y la institución presidencial se vería fuertemente dañada, ¡No, eso no!, simplemente se entrega el documento y se hace un cuidadoso mensaje a la nación.

No obstante, siendo el quinto informe, tanto la fecha como el contenido del mensaje encierran un gran significado en la élite priista; las lecturas entrelíneas del discurso presidencial les dan luz, de ahí traducen y desentrañan quien es el ungido como candidato, se encuentran ávidos de saber el dato para irse a la cargada.

Así mismo, están conscientes que después del primero de septiembre las cosas cambian radicalmente; los tiempos electorales abren sus puertas de par en par, vienen los cambios, los reacomodos, las renuncias y hasta se decide quién se queda a limpiar la oficina, apagar la luz y cerrar la puerta.

En cuanto a los avances durante el año, no hay mucho que decir.

Lo sobresaliente se encuentra del lado negativo, la cloaca de la corrupción y la impunidad siguen siendo el sello distintivo de la presente administración y aunque se maticen los problemas en el discurso, la predisposición social, el hartazgo ciudadano y el clima de rechazo se encargarán de hacerlo pedazos.

En ese entendido, el Partido Revolucionario Instiucional, se encuentra en una encrucijada, sin embargo, la bocanada de aire que les dio el Estado de México aunado a su estructura electoral y los recursos económicos de que dispone, los coloca con un ánimo competitivo, no obstante el rechazo de un gran segmento de la población, los obliga a ajustar su estrategia.

Por otra parte, las cifras del revolucionario no son muy alentadoras y el margen de maniobra después del descalabro en las elecciones del 2015, los limita aún más, razón por la cual harán lo posible para mantener dividida a la oposición; utilizar todas las artimañas a su alcance y; poner candidatos que les permitan lavar la cara.

También persiste un segmento dentro del propio PRI, que se encuentra inconforme con las formas y la crisis de identidad de ese instituto político, lo que inclusive ha provocado renuncias y desencanto.

Ni el informe ni el nuevo PRI alientan el cambio necesario para México, pues el continuismo dejó de ser opción y, es algo que se resisten a comprender, siguen sin entender que las transformaciones cosméticas al igual que los discursos elaborados a manera de mensaje presidencial, no engañan a nadie.