Un vistazo al México de principios del Siglo XX

La periodista y escritora Silvia Cherem publicó este 2017 su novela “Esperanza Iris”, donde revive la historia de la cantante y empresaria considerada la última reina de la opereta en México.

 -¿Cómo fue su encuentro con la vida de Esperanza Iris?

-Yo estaba en Galápagos, en un barco viendo la vida natural de Galápagos. Una señora se me acercó para contarme sobre el vínculo trágico de su familia con México. Que México había dejado un enorme trauma en la familia, hundida muy profundo en la memoria colectiva de su familia. Sus padres iban en un avión de Mexicana de Aviación, vuelo 575 México-Oaxaca. Explotó en el avión una bomba, si bien no perdieron la vida porque es una historia casi inverosímil para cualquiera que la pueda imaginar hoy: si bien nadie perdió la vida fue como sobrevivir habiendo tocado la muerte. Efectivamente la bomba explotó, dejó un boquete más grande de la puerta de emergencia. Lograron por cuestiones absolutamente fortuitas sobrevivir al bombazo. Yo al ser periodista lo primero que pensé fue hacer un reportaje. No había nacido en aquel momento, y así como yo no sabía nada, suponía que la mayoría de la población actualmente tampoco lo sabía. Me pareció un tema interesante. A medida en que comencé a investigar (en archivos, pude consultar, además por supuesto en la hemeroteca), me di cuenta de que el tema era muy amplio, muy interesante, y que fue el escándalo mediático más importante de esa parte del siglo XX. Fue uno de los tres más escandalosos. Quien fraguó algo de este plan macabro tenía que ver con Esperanza Iris que era la mayor leyenda viva, no sólo contante, también como empresaria. Era una mujer muy respetada, muy venerada, muy querida. Además de que recorrió el mundo con su voz y con su compañía (desde 1900 en adelante), ella construyó con su propio capital el teatro más bello, uno de los más hermosos, que tenemos en la Ciudad de México. Durante más de 30 años fue tan notoria esta tragedia que le quitaron el nombre: le quitaron el nombre de Teatro Esperanza Iris a Teatro de la Ciudad, desde la década de los setenta hasta hace un decenio que recuperó su nombre. La tragedia fue tremenda, eso de alguna manera desdibujó la figura de una mujer que fue una leyenda, con una vida muy trágica, que resulta increíble que haya vivido tanto esplendor y tanta tragedia.

-La manera en que lo narra, más allá del accidente que lo comenta al comienzo, el libro y su investigación nos recuerda también una época en México, de comienzos de siglo XX. ¿Qué valor tiene rescatar esa vida cotidiana, artística y social de esos años?

-Relato mucho de esa vida, pero también cómo se llevaba a cabo la justicia. La historia se puede leer desde muchos ámbitos, desde el rescate de cómo era el arte y la cultura a principios del siglo XX. Pero también es un thriller policiaco. Espero que trascienda con México, porque alude a temas universales: el amor, la tragedia, la traición, y tantas cosas que sucedieron en la vida de Esperanza Iris.

-Al ser narradora y periodista, ¿cómo encontró la voz para narrar esta historia? En las voces hay secciones de cartas, aunque no sea una novela epistolar.

-Fueron cinco años de investigación, y dos de batallar con las palabras para encontrar la voz de cada personaje. Espero que sea atinada la voz de cada uno. Absolutamente todo está sustentado en documentos que casi siento que me los guardaron a mí: documentos de casi cien años y que puede tener en mis manos.

-Además de su éxito como cantante, Esperanza Iris fue una buena empresaria.

-En 1900 ella viajaba con una compañía de más de 300 personas. Actores, cantantes, técnicos, en barcos con más de 500 baúles con vestuarios y todo lo necesario para poner en los teatros sus operetas. Ella era quien, junto con los maridos que tuvo (Paco Sierra fue el tercero) pudo hacer la compañía con esplendor y éxito. Cuando llegó a España en 1920 el rey de España la buscó en sus camerinos, Jacinto Benavente también. Venustiano Carranza en 1918 inauguró su teatro. Pero por la tragedia que vivió al final de sus días fue condenada a una suerte de olvido, del cual espero rescatar.

-A propósito del apodo de “La última reina de la opereta”, ¿ el olvido también fue porque la popularidad del género ha decaído?

-Las modas cambiaron, el tiempo cambió. En el caso de ella, cuando hizo esas grandes puestas en escena, no había cine.

-Para la época que vivió, Esperanza Iris no era el arquetipo de mujer. ¿Se le podría considerar como una precursora, tal vez no en las ideas, pero sí con una actitud y su vida profesional, del cambio de roles de la mujer en la sociedad?

-Eso me conmovió al investigar su historia. Encontrar que fue una mujer tan fuerte, tan determinada, dispuesta a romper los cánones de su tiempo. Y tan condenada en el ámbito de lo emocional. De alguna manera fue muy dependiente, fue parte de su tragedia.  Hubiera querido que cambiara los roles de una mayor manera. Cuando trabajaba en el texto había noches en las que despertaba queriendo decirle “Esperanza, por favor date cuenta de que te has acercado a hombres que no te merecen”. Fue débil en lo emocional, fue la tragedia.

Palmarés

Silvia Cherem recibió en la categoría de crónica el Premio Nacional de Periodismo 2005, por “Yo sobreviví al tsunami”. Ha sido finalista en tres ocasiones del Premio Nuevo Periodismo de la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano. Se ha especializado en la crónica y entrevistas de largo aliento.

Entre sus libros están “Entre la historia y la memoria”, “Trazos y revelaciones. Entrevistas a diez pintores mexicanos”, “Una vida por la palabra. Entrevista a Sergio Ramírez”, “Al grano. Vida y visión de los fundadores de Bimbo”, “Por la izquierda. Medio siglo de historias en el periodismo mexicano contadas por Granados Chapa”, entre otros.