Japón conmemora el 72 aniversario del fin de la II Guerra Mundial

Japón conmemoró hoy el 72 aniversario de su rendición en la II Guerra Mundial, evento que puso fin al conflicto, en una ceremonia en la que el primer ministro Shinzo Abe instó a no repetir la destrucción de la guerra y a afrontar «humildemente» la historia.

En el evento celebrado en el estadio Nippon Budokan de Tokio, el jefe del Ejecutivo nipón dijo que el país asiático «contribuirá a la paz y prosperidad mundial abordando sinceramente varios desafíos», según recogieron los medios locales.

Abe evitó mencionar en su alocución por quinto año consecutivo las agresiones del ejército imperial nipón en países vecinos durante la contienda, una actitud criticada por China y Corea del Sur, los que más sufrieron el colonialismo japonés de entonces.

Las muestras de arrepentimiento fueron una constante en el evento desde 1994, cuando el primer ministro Tomiichi Murayama expresó los remordimientos del país asiático por su conducta en Asia, pero Abe a evitado incluir tal mención en sus discursos desde su llegada al poder en diciembre de 2012.

Sí se refirió a ello, aunque de forma velada, en su discurso el emperador Akihito, en la que se cree que será una de sus últimas apariciones en dicho evento antes de su abdicación, que podría producirse como pronto a finales de 2018.

«Reflexionando sobre nuestro pasado y teniendo en cuenta los sentimientos de profundo remordimiento, espero sinceramente que los estragos de la guerra nunca se repitan», dijo el monarca japonés en declaraciones recogidas por la agencia Kyodo.

La ceremonia se produjo en un momento de especial tensión en la región ante los continuos ensayos armamentísticos de Pyongyang, que han llevado a un endurecimiento de la retórica de Washington, y en el que el ministro nipón ha abogado por acometer una enmienda de la Constitución pacifista japonesa.

Abe ya logró sacar adelante una reinterpretación de la Carta Magna para la aprobación de una nueva legislación militar que entró en vigor en 2016 y que permite a las tropas japonesas combatir en defensa de sus aliados sin verse el país atacado.

Los asistentes del evento, entre ellos unos cinco mil familiares de los caídos durante la guerra, guardaron un momento de silencio a mediodía por los aproximadamente 2.3 millones de soldados y 800 mil civiles fallecidos, entre los que se incluyen las víctimas de los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki.