Han muerto más de 700 personas en conflicto al sur de Filipinas

Al menos 735 personas han muerto en el sur de Filipinas tras casi tres meses de combates en la ciudad de Marawi, donde las Fuerzas Armadas tratan de reducir a las decenas de yihadistas que siguen controlando parte del centro urbano.

Los muertos en Marawi incluyen a 562 rebeldes, 128 soldados y 45 civiles, según el último recuento divulgado hoy por el portavoz del Ejército, Restituto Padilla, en una rueda de prensa televisada.

El portavoz aseguró que los extremistas liderados por el Grupo Maute, organización leal al Estado Islámico (EI), sólo cuentan con unos 40 efectivos tras haber perdido a la mayoría de sus guerrilleros en los combates contra las tropas estatales.

No obstante, se cree que los insurgentes podrían haber recibido refuerzos en los pasados días desde otras zonas de la isla de Mindanao, donde se encuentra Marawi.

Las Fuerzas Armadas intentan verificar un informe que apunta a que una decena de combatientes se unieron a las filas de Maute tras infiltrarse desde el lago que baña el sur de la ciudad aprovechando las fuertes lluvias, reveló el portavoz.

Se cree que entre 80 y 100 civiles permanecen atrapados en los tres barrios céntricos que aún controlan los yihadistas, una zona sometida al constante asedio del Ejército mediante bombardeos aéreos, artillería y operaciones sobre el terreno para recuperar edificios.

El conflicto también ha causado 467 mil 377 desplazados de Marawi y alrededores que han sido acogidos provisionalmente en localidades cercanas, según el portavoz militar que corrigió una cifra anterior que apuntaba a más de 800 mil.

Además, mil 728 civiles han sido rescatados de zonas de combate, se han recuperado 619 armas de terroristas y la asistencia suma 286 millones de pesos (4.8 millones de euros, 5.7 millones de dólares) desde que comenzara el conflicto el pasado 23 de mayo.

Ese día cientos de combatientes de Maute, apoyados por yihadistas locales y extranjeros, se levantaron en armas, incendiaron una comisaria, un colegio, una cárcel y una iglesia y se hicieron fuertes en varios barrios mientras recorrían las calles con banderas negras del EI.

El presidente filipino, Rodrigo Duterte, declaró la ley marcial en Mindanao, donde viven unos 20 millones de personas, por lo que toda la isla se encuentra sometida a medidas de excepción como retenes militares y toques de queda.