¡O lo entendemos o nos pasa por encima!

Seguramente en otro tiempo de mi vida me estaría preparando para tomar parte en la asamblea del PRI que se lleva a cabo esta semana. Sin embargo, ya no pertenezco a ningún partido y las circunstancias me han llevado por otros derroteros. Hoy en día, en vez de estar pensando cómo poner o quitar candados ó en como derrotar a un frente amplio opositor, mis inquietudes giran alrededor de entender lo que en verdad está sucediendo en la forma en que se está desarrollando el mundo en lo económico, lo social y lo político.

Veo videos con algunas “TED talks” y me doy cuenta de la velocidad a la que se están creando robots con las más espectaculares e inesperadas habilidades. Atestiguo también el sorprendente fenómeno de las bitcoins o de todo lo relacionado con el Fintech, que es esta expresión con lo que se define a lo financiero influido seriamente por la tecnología, creando medios de pago y nuevos mecanismos de ahorro financiamiento, al margen de los tradicionales sistemas bancarios y financieros. Y ni qué decir de la Realidad Aumentada, la Nanotecnología, la Inteligencia Artificial o el Internet de las Cosas. Puras nuevas realidades e innovaciones que, una sola de ellas, podría cambiar el mundo para siempre.

Al mismo tiempo me sorprende (y compromete profundamente a seguir explorando el tema), leer a Rutger Bregman, en su libro Utopía para Realistas, con su propuesta de una Renta Básica Universal y una semana de 15 horas para lograr abatir pobreza, desigualdad y permitir así a millones de personas, en esta era, a la que llama “de la abundancia”, acceder a una mucho mejor calidad de vida.

Y por otra parte escucho a Mark Zuckerberg en su discurso ante los graduados de Harvard apoyar algunas de estas propuestas, denunciando la falta de sostenibilidad de un mundo en donde unos pocos (como él, que ha donado prácticamente toda su fortuna) pueden hacer en unos cuantos años miles de millones de dólares, mientras que muchos estudiantes no completan para pagar su crédito para estudios universitarios.

Me siento, por una parte, desconcertado ante tanto cambio tan profundo y sin embargo, al mismo tiempo, tengo la sensación de que, como dicen los chavos ahora, me está cayendo el veinte, en cuanto a esa serie de radicales transformaciones que están teniendo lugar. Por ello, he decidido abocarme, en lo que resta del año, a despejar dudas e inquietudes y a confirmar o desechar hipótesis, respecto a esta revolución socioeconómica y política de nuestros tiempos. Siento que estamos obligados a entender a cabalidad a un nuevo mundo y que, de no hacerlo, nos pasará por encima.

Y he decidido iniciar por participar durante tres días en la Global Summit de Singularity University del 13 al 15 de agosto. El programa es muy amplioi y por más que uno quisiera tomar parte en todo, resulta imposible. Pero intentaré por lo menos participar en los temas, a mi parecer, más representativos de estos cambios a velocidad exponencial.

Iniciaré con la sesión llamada La Inteligencia Artificial se come al mundo, en donde se discutirá la forma en que la Inteligencia artificial está transformando la industria y los negocios, reformando el concepto de información como un todo, además de automatizar funciones que hasta hace poco estaban reservadas solamente a los humanos.

Muy prometedora resulta la sesión llamada El espacio: La próxima Frontera, en la que Peter Diamadis, cofundador de Singularity University, nos actualizará sobre todo lo que está sucediendo en el campo de la actividad relacionada con el espacio, la posible explotación minera de asteroides y hasta los planes de colonización de aquellos territorios tan lejanos y ajenos para nosotros.

Con el título Las organizaciones y la nueva economía, asistiremos a una discusión entre Clayton Christerson, autor de libros como The Innovator‘s dilema y John Hagel quien escribió el libro The Only Sustainable Edge, sobre oportunidades exponenciales para las organizaciones. Trataremos de comprender esa paradoja de que las organizaciones deban tomar decisiones, como la de invertir en innovaciones que eliminan puestos de trabajos en vez de crearlos.

He escogido, de entre 5 diferentes bloques de conferencias, el relacionado con el futuro de las ciudades, la comida y la percepción de nosotros mismos en esa nueva realidad de tecnologías abrumadoras y en muchos sentidos deshumanizadoras, pues creo que vale la pena entender hacia dónde vamos en estos campos tan importantes para la vida humana.

Ya saben mis lectores que soy un obsesionado de la idea de una nueva gobernanza con una participación activa e intensa del ciudadano organizado. Por ello, otro de los talleres que he escogido tiene que ver precisamente con esa situación de gobernanza conducida por los ciudadanos, en el ejercicio de un liderazgo transformador.

Hacia la parte final de esta interesante experiencia, dedicaré tiempo a participar alternativamente en dos talleres adicionales, uno de ellos dirigido a analizar el futuro de la educación tanto elemental y general, como aquella que deberá impartirse en las empresas de manera corporativa para desarrollar las habilidades de los empleados y ejecutivos en estos tiempos y otro dedicado a la neurociencia y a las enormes transformaciones y avances que se perfilan en relación con el cerebro y sus funciones más destacadas, esperando encontrar en este último, algunas novedades interesantes y útiles en nuestra tarea de apoyar a enfermos de Alzheimer y sus familias..

En fin, un verdadero banquete de novedades y conocimiento de vanguardia (que ya comentaré con mis lectores), con el propósito de entender estos cambios y convencido de que, si no los entendemos cabalmente, difícilmente podremos proponer soluciones eficaces a los nuevos problemas, derivados de la revolución exponencial que vivimos. ¡Ojalá que los partidos (todos y no solo el PRI) en sus asambleas incluyeran cuando menos algo de esto! ¿Creen Uds. que lo harán?.