De los dichos a los hechos

La expectativa despertada por la conformación de un Frente Amplio entre Partidos Políticos de oposición, líderes sociales, intelectuales, académicos y ciudadanos, ha ocasionado poner el tema en la agenda nacional, el interés generado después del encuentro en Chihuahua pone de manifiesto que se trata de un asunto con altura de miras y que va más allá de las elecciones presidenciales, sin embargo, el éxito depende de lo que ocurra en el proceso electoral del 2018.

Aterrizar la idea no es cosa sencilla, no obstante el estímulo motivador se desprende de dos elementos claves que confluyen en los diagnósticos: la situación actual que prevalece, con todas sus consecuencias que padecemos y que se han mencionado hasta la saciedad y; los escenarios previsibles de un giro populista y autoritario.

Ambos son susceptibles de abonar al desastre si no se actúa en la construcción de instituciones, formas y organismos confiables.

En ese orden es imprescindible poner manos a la obra en un documento que sea un instrumento guía cuyo contenido de diagnóstico, pronóstico y compromisos asumidos provengan del consenso de los participantes, sin dejar lugar a dudas de los alcances del frente, así como de los objetivos a cumplir.

Un punto importante consiste en la diversidad y pluralidad de pensamiento, las ideologías, creencias, libertades y derechos humanos, tienen su origen en la convivencia democrática y, eso, es precisamente lo que está en juego. El combate a la pobreza; a la corrupción; impunidad; inseguridad y violencia, constituyen motores que obligan a redefinir el esquema político y recuperar el Estado de Derecho.

Así es comprensible que la tarea no es de una sola persona, como tampoco de un solo Partido Político, el valor de un movimiento como el planteado proviene precisamente de esa pluralidad y diversidad, que está dispuesta a superar y dejar de lado transitoriamente sus diferencias ideológicas en aras de un bien público mayor.

Por lo pronto se han dado los pasos iniciales y el asunto va caminando, quedan por resolverse aspectos complicados, que seguramente darán pauta a una serie de especulaciones, deliberaciones y polémicas públicas de muy diversos tipos, sin embargo, el ejercicio visto desde una óptica positiva, sirve para nutrir el desarrollo y la cultura democrática del país, despierta el interés y abre una puerta de esperanza.

Por otra parte, viene a colmar lo que considero una urgente necesidad básica para retomar en proceso de transición y culminar su consolidación democrática. Se comenzó tejiendo la idea, poco a poco se va aterrizando, quedan pendientes las acciones, que de los dichos se pasen a los hechos.