Jóvenes con recursos ganan espacios en la UNAM

En México las posibilidades de acceder a la educación superior en las instituciones públicas más importantes y prestigiosas del país, como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se incrementan cuando los aspirantes son hijos de profesionistas, egresados de bachilleratos de calidad, o provenientes de los deciles más altos de la economía, lamentaron especialistas.

Cifras de la UNAM revelan que 19.4% de los estudiantes de bachillerato y 22.4% de los de licenciatura que ingresaron por concurso provienen de escuelas privadas, siendo el Centro Universitario de México AC, la Universidad La Salle y la Universidad Internacional de México, en Querétaro, tres de las escuelas con mayor número de egresados admitidos en la UNAM.

El Perfil de aspirantes y asignados a bachillerato y licenciatura de la UNAM 2016-2017, de la Dirección General de Planeación de la UNAM, señala que de los alumnos que hicieron el examen de selección para ingresar a licenciatura, 72.6% de los asignados egresaron de bachilleratos del sistema público, 22.4% de paga y 5% estudiaron una parte de la preparatoria en escuelas públicas y otra en colegios privados.

Estos porcentajes implican que 5 mil 124 jóvenes provienen de escuelas privadas. En el caso de alumnos de nuevo ingreso a bachillerato, 19.4% de ellos estudiaron en secundarias privadas, 78.3% en públicas, mientras que 2.3% cursaron ese mismo nivel en planteles de ambos tipos.

De los 35 mil 250 jóvenes que ingresaron a la UNAM en esa modalidad, 6 mil 851 fueron de planteles privados. Académicos especializados en política pública y educación superior coincidieron en que la desigualdad e inequidad que existen en el país se reproducen en la UNAM, puesto que al enfrentarse uno a uno en la competencia que representa el examen de admisión para ingresar a la licenciatura, es más probable que pase el hijo de un abogado que el de un albañil.

“Las grandes diferencias que tenemos no son solamente económicas, son intelectuales y culturales. Necesitamos poner a competir a los chicos en condiciones iguales: no podemos hacer el mismo examen para los hijos de un abogado que para los hijos de un obrero de la construcción”, señala en entrevista Hugo Casanova Cardiel, del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación, de la UNAM.

El especialista considera que es necesario mejorar el acceso a la educación superior y llevar a cabo un diagnóstico real sobre el contexto cultural, económico e intelectual con el que llegan los jóvenes a presentar su examen de ingreso a la universidad y, de esta manera, poner el “piso parejo” para todos.

“[Tienen más oportunidades de ingresar] los del puesto económico más alto, ¿y los que solamente se educan a través de la televisión, quienes han tomado su educación básica en las escuelas multigrado? ¿Podemos competir en iguales condiciones en los exámenes de ingreso a la universidad y al bachillerato? Hoy tenemos chicos con capacidades desiguales y el saber ha devenido en una mercancía que es mayormente accesible para quienes tienen mejores condiciones”, declara