A propósito del décimo quinto aniversario de la fundación de la Conferencia Nacional de Gobernadores, cuyo objetivo primordial consiste en el fortalecimiento del federalismo, aunque en términos reales se formó para hacer un contrapeso en su momento al Presidente Fox, donde tuvieron como organización mucha actividad.
En esos tiempos las organizaciones de Alcaldes estaban en su apogeo y se reunían cotidianamente haciendo valer su voz, entre sus logros habían obtenido los recursos del ramo treinta y tres por una parte y, la reforma al artículo 115 Constitucional que les otorgó un mayor rango con facultades adicionales lo que vino a fortalecer esa instancia de gobierno, por otra.
Por su lado, los gobernadores aunque obtenían recursos adicionales en virtud de formar parte del Sistema Nacional de Seguridad Pública, prácticamente de reciente creación, consideraron necesario crear un frente común bajo el amparo de que en su calidad de titulares de los poderes ejecutivos de los Estados, precisamente en su conjunto residía la soberanía nacional, amén de constituir una fuerza política importante ante cualquier amenaza, se dieron a la tarea de formalizar la CONAGO.
Ahora bien, durante estos quince años hemos visto como abordan diversos temas, se organizan en comisiones, dan declaraciones, realizan eventos, juntas, reuniones y demás, con magros resultados. Si el objetivo era la defensa del federalismo, podemos afirmar que esa instancia ha sido un fracaso, pues en las últimas reformas constitucionales llevadas a cabo en los años recientes, a las entidades federativas se les ha restado facultades, así que en ese rubro sus resultados son negativos.
En cuanto al combate a la corrupción, tampoco han sido exitosos, por el contrario, destacados miembros de ese órgano colegiado son ahora claros ejemplos de prácticas desleales y doble discurso; así mismo en el tema de seguridad, son pocos los que han puesto atención, una gran mayoría de los agremiados solamente se preocupó por recibir los recursos del ramo, dejando a sus gobernados a merced de la delincuencia y, así sucesivamente podríamos continuar la evaluación sin obtener glorias que presumir.
Los datos duros que arrojan los resultados derivados de la CONAGO, no dan el ancho, lo que robustece que se trata únicamente de un espacio político de contrapeso, que puede ser de utilidad en la medida de la voluntad federalista que surja de sus integrantes, como fue el caso de la Convención Nacional Hacendaria, pues de continuar como va, simplemente seguirá siendo una pesada carga sin beneficio alguno y puede terminar como refugio de impunidades.