Sofía, la niña que encontró la felicidad como transgénero

Sofía tiene 8 años, estudia en la primaria como todas las niñas de su edad. Sofía hoy es más feliz, hace un año algo le faltaba, no le gustaba que la vistieran como niño, porque ella estaba segura de ser una niña, a los siete años se lo dijo a sus papás. Sofía es una niña transgénero.

En algún momento supusimos que era un varón por sus genitales que es como generalmente clasificamos a los niños cuando nacen”, comenta Miguel, papá de la infante.

Esta personita a pesar de tener los genitales de un varón se identifica como una niña, se expresa así, se mueve, le gustan las cosas que generalmente se identifican con el sexo femenino y esa es la diferencia”, indica.

Al matrimonio no le sorprendió la noticia, desde muy pequeña la habían visto interesarse por las actividades de las niñas, ponerse collares, aunque le seguían dando juguetes de niños, empezaron a suavizar la temática.

Ella siempre pedía muñecas, o nos pedía juguetes femeninos y nosotros tratábamos de disfrazarlo, por ejemplo, con un muñeco de peluche”, recuerda don Miguel.

Uno con esa educación que tiene de las muñecas son para las niñas y los cochecitos para los niños la verdad es que no se las comprábamos, si me preguntas ahora me arrepiento de no haberle comprado todas las muñecas que me pidió en su momento”, comenta la señora Fernanda.

Cuando por fin, Sofía les expresó su verdadera identidad acudieron de inmediato con especialistas para acompañar a su hija. En la pequeña hubo un antes y un después.

Fue súper notorio por el hecho de que se veía como una personita triste, como una personita que no estaba contenta con su alrededor, esto más fuera de casa que dentro; nosotros le dijimos que la amábamos, no importaba nada y que la íbamos a apoyar y le pedimos que nos diera la oportunidad de entender qué estaba sucediendo, cambio su personalidad fue del cielo a la tierra una niña feliz, alegre, bailando, expresándose, a lo que me refiero es disfrutando la vida como tal”, explica la mamá de Sofía.

Pero el apoyo no se quedó en casa. Papá y mamá fueron a la escuela primaria donde su hija había estudiado desde el kínder para hablar con los directivos. Se capacitó a los maestros y al personal que estaría en contacto con Sofía, también se habló con sus compañeros.

Los niños son maravillosos porque no tienen esa malicia que nosotros vamos ganando con los años, para los niños fue ah ok, ya lo sabíamos; eso tiene que ver con los niños porque han estado desde preescolar juntos y estaban acostumbrados a mi hija, a su forma de ser, de comportarse, a los juegos que le gustaban, entonces no fue una sorpresa”, señala Fernanda.

Un año después Sofía asiste cotidianamente al colegio uniformada como todas sus compañeras, tiene muñecas y vestidos.

La primera vez que la llevamos por un vestido no podrás imaginar la cantidad de brincos, gusto, correr de un lado para el otro, en cuanto se lo puso, es algo que te llena ver a una persona feliz”, rememoró el padre de Sofía.

EL ACOMPAÑAMIENTO PROFESIONAL

El equipo de especialistas que acompaña a Sofía incluye a psicólogos, médicos, un sexólogo que van paso a paso con la familia. Uno de los sexólogos que ha tratado el caso es el doctor David Barrios que durante 36 años ha trabajado con personas transgénero y transexuales.

La identidad de género es una convicción psicológica, profunda, personalísima de ser niña, de ser niño, o de no ser ninguno de los dos y se construye desde etapas muy tempranas del desarrollo; hoy sabemos que a los tres años de edad en todo ser humano está bien consolidada la identidad de género”, relata el doctor.

La fuerza de la identidad de género es tal que perdura todo el tiempo hoy sabemos que la identidad de género es inamovible, no hay ningún recurso que la cambie, de hecho se fuerza a la persona, se le presiona desde distintos ambientes familia, la escuela, la calle para que tenga una expresión de género acorde a su sexo biológico, es decir sí naciste con vulva serás mujer, si naciste con pena serás varón”, agregó el doctor Barrios.

Un acompañamiento y entendimiento adecuado como en el caso de Sofía es lo mejor para el desarrollo de los niños con identidad transgénero. “Hay muchos estudios, incluso publicaciones científicas recientes que hablan, de que cuando existe apoyo familiar para las personas trans su desarrollo es óptimo en la escala emocional, afectiva, intelectual, al contrario cuando hay un rechazo social por parte de la familia la gente que ama o debe amar a la persona entonces ese rechazo puede conducir al suicidio, a la depresión a mayores riesgos de enfermedades de transmisión sexual  y a una suerte de estado emocional muy adverso en el que la persona se siente mal”, explica el doctor.