Los 395 niños que murieron en orfanatos de Chile

Guillermina tenía 16 años y estaba internada en el Centro de Protección Alborada, perteneciente al Servicio Nacional de Menores (Sename), organismo del Estado de Chile del que dependen los niños y adolescentes vulnerables y en riesgo social.

Era una noche diferente a las demás, Guillermina había tomado y era acompañada por un policía que la llevaba de vuelta a su propia tumba.

Oriunda de una zona rural indígena al sur de Chile, la joven fue entregada al Sename, pero ella se resistía a que la reingresaran. La menor empujaba con violencia, forcejeaba y lanzaba objetos al personal, el cual tuvo que calmarla para después acostarla en la parte baja de un camarote.

Pasó sólo media hora después de que Guillermina reingresara cuando la encontraron colgada con sus propias agujetas. Esta no era la primera vez que intentaba suicidarse. Contrario a todo protocolo de manejo de menores vulnerables, ella no fue llevada a un hospital.

Según BBC Mundo, las investigaciones no avanzaron por lo que la muerte de Guillermina, en agosto de 2012, quedó registrada como un número más de la lista del organismo encargado de proteger a menores vulnerables en Chile.

Pero al parecer, el caso de Guillermina no es el único escándalo dentro de los Sename. Fue este lunes 19 de junio cuando una Comisión investigadora de la Cámara de Diputados en Chile estableció que la ex ministra de Justicia, Javiera Blanco, tiene una responsabilidad política sobre una serie de muertes y desapariciones de niños en el Servicio Nacional de Menores.
Javiera Blanco era titular de Justicia en 2014, año en que se conoció que los centros de menores de Chile estaban involucrados en toda una serie de abusos y desapariciones, algo que no impidió el Estado.

Aunque el gobierno chileno ha intentado salvarla de esa responsabilidad, diputados aprobaron una solicitud formal para que se la cese como abogada actual del Consejo de Defensa del Estado, cargo que ocupa en la actualidad.

Junto al caso de Javiera Blanco, este jueves la ex jefa de presupuesto de un centro dependiente del Sename, Noemi Betanzo, fue denunciada por haber hecho gastos por 40 millones de dólares en un casino, dinero que supuestamente era parte del Servicio Nacional de Menores.

Para agravar la situación de los Sename, el último informe presentado el 14 de junio y divulgado por el diario El Mercurio, cifró en 13 menores los fallecidos entre enero y febrero de este año después de ser atendidos en el Servicio, pero defensores en derechos humanos han asegurado que la realidad es que existe un caos estadístico en esa dependencia.

Fue BBC Mundo el encargado de analizar anuarios oficiales de los centros y concluyó que sólo entre 2010 y 2014, fallecieron 395 menores de edad en estos centros. Aún se ignora cuáles fueron las circunstancias de las muertes, pues las autoridades nunca iniciaron una  investigación formal sobre el caso.

Unicef ha sido el único organismo encargado de denunciar la situación de los centros para menores, pero junto a esos llamados se suman actores como Édison Gallardo Llanos, con su libro “Mi infierno en el Sename” (editorial Ceibo, 2017). En él retrata las pésimas condiciones que existen en el centro gestionado por el Estado.

“Yo vi morir a varios niños ahí dentro. Y el Sename nunca abrió una investigación. También tengo marcas de quemaduras en los pies. Nos quemaban con cigarros y clavos calientes. Éramos niños de 3, 4 o 5 años y nos golpeaban porque decían que teníamos que ser expiados de los pecados que cometíamos”, aseguró Gallardo en entrevista con “Qué Pasa”.

Hasta el momento el caso Sename empieza a dar de qué hablar, una papa caliente que quiso soltar el Estado chileno, pero al final siempre sale la verdad.