Cada 12 de junio se conmemora el Día Internacional contra el Trabajo Infantil, luego de que la Organización Internacional de Trabajo (OIT), decretara que este tipo de práctica pone en riesgo a los menores y viola tanto el derecho internacional como las legislaciones nacionales, además de que priva a los niños de su educación o les exige asumir responsabilidades que no son para nada de ellos.
En ese sentido Jairo Guarneros Sosa, integrante del colectivo Cihuatlahtolli, destacó que este hecho es lamentable en todo el país, ya que no existe un solo rincón de México donde no haya un menor laborando.
El trabajo infantil exige doble carga para el menor, ya que en muchos de los casos el niño estudia y trabaja, por lo cual se determinó que el trabajo infantil debe ser eliminado.
En México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2011 existían más de 3 millones de niñas y niños que trabajaban, para 2015 esa cifra se ha reducido en 500 mil, pero ahora en 2017 la cifra ha aumentado debido a la situación económica que se vive al interior de la república mexicana.
“El trabajo infantil es un asunto prioritario para el Gobierno de la República, ya que vulnera los derechos de la infancia, genera desigualdad, baja escolaridad y ausencia de capacidades, por lo tanto debe ser erradicado y contrario a lo que dicen las autoridades cada día vemos más menores de edad en las calles laborando para sobrevivir o proseguir sus estudios”.
Indicó que se habla mucho de leyes, reglamentos y demás pero en la realidad es diferente, las leyes no se aplican y más aún en las zonas de mayor marginación que existen en la república donde los menores desde muy corta edad son acostumbrados a colaborar con el gasto familiar, ya que el empleo de sus padres no es bien remunerado y deben involucrarse para poder contar con recursos para al menos contar con educación básica.
“Un menor que se pone a trabajar, es una persona que no va a la escuela y no tienen tiempo para jugar. Muchos no reciben alimentación ni cuidados apropiados. Se les niega la oportunidad de ser niños, más de la mitad de estos niños están expuestos a las peores formas de trabajo infantil como trabajo en ambientes peligrosos, esclavitud, y otras formas de trabajo forzoso, actividades ilícitas incluyendo el tráfico de drogas y prostitución”.
“Esta es la realidad que se vive en México, donde las cifras se maquillan para ofrecer otro panorama diferente al que es, y donde los gobierno solo muestran lo que quieren que la sociedad en general vea, pero en nada se parece a lo que en realidad sucede y se oculta del resto de las personas”.