Hamilton llora al reconocerle por igualar el récord de Senna

Las lágrimas con las que Lewis Hamilton recibió una réplica del casco de Ayrton Senna lo dicen todo. Para el británico, conseguir la pole del GP de Canadá este año fue algo muy especial, no sólo porque lo hizo con una superioridad brutal, con doble récord de la pista (batió el que estaba vigente dos veces) o por hacerlo en la pista donde hace 10 años logró su primera victoria en F1, sino porque había alcanzado la histórica cifra de 65 poles, las mismas que su ídolo.

Lo hizo con una fortaleza letal, especialmente en la Q3. Después de un fin de semana en el que Sebastian Vettel parecía más fuerte, se sacó todo lo que dio de sí el Mercedes en la última tanda. Dos vueltas increíbles para el tricampeón del mundo, primero con un 1:11.791 y después con un 1:11.459, dejó en nada la estrategia de Ferrari. Los de rojo intentaron jugársela todo para el final. En la Q1 ahorraron los neumáticos ultrablandos para salir a clasificar con los superblandos, en un intento de tener un as en la manga para las otras dos tandas, pero no fue suficiente. Vettel cedió en los dos intentos buenos de Hamilton, el primero por sólo cuatro milésimas y el segundo por mucho más, tres décimas.

Por eso, el gesto de la familia Senna, que fue quien promovió darle al británico un casco que usó en 1987 (no una réplica), fue un detalle que emocionó a un Hamilton que ya ha dicho que, para él, este trofeo vale más que tantos otros que acumula en su casa.