El presidente estadounidense, Donald Trump, confirmó ayer lo que ya se veía venir: la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París contra el cambio climático, no obstante que se trata de una de las naciones con mayor porcentaje de emisiones de dióxido de carbono, por detrás de China.
Con esta decisión, Estados Unidos “cesará todas las implementaciones” de sus compromisos climáticos en el marco de París, que incluyen la meta propuesta por el ex presidente Barack Obama de reducir para 2025 las emisiones de gases de efecto invernadero entre 26 % y 28% respecto a los niveles de 2005.
Sin embargo, el mandatario deja la puerta abierta para reformular su presencia dentro del bloque: “Vamos a comenzar a negociar y veremos si podemos alcanzar un acuerdo justo. Si podemos, será excelente. Si no podemos, también. Como presidente, no puedo poner otra consideración por delante del bienestar de los estadounidenses”, expresó.
La respuesta ha sido casi inmediata, y los jefes de Gobierno de Francia, Alemania e Italia ya confirmaron que el acuerdo “no es renegociable”, en la medida en que representa un “instrumento vital para nuestro planeta, nuestras sociedades y nuestras economías”, señalaron en un comunicado.
Si bien la postura del mandatario no sorprende —al final de cuentas cumple con una de sus promesas de campaña—, el pronunciamiento se ha convertido en la peor decepción del año y los líderes de las naciones que forman parte del acuerdo se lo han hecho saber, así como diversas ONG e incluso numerosos estados de ese país, cuyos gobernantes se han negado a dejar de hacer su parte en beneficio del planeta.
“Si el presidente quiere romper las promesas hechas a nuestros aliados consagradas en el histórico Acuerdo de París, construiremos y fortaleceremos las relaciones en todo el mundo para proteger al planeta de los devastadores riesgos climáticos”, aseguraron en una carta abierta los regidores de Los Ángeles, Nueva York, Boston y Chicago.
La UE y China se comprometen
Dispuestos a recoger el liderazgo que cede Estados Unidos y a posicionarse en el nuevo modelo de desarrollo bajo en carbono, la Unión Europea (UE) y China firman hoy un acuerdo de cooperación para implementar el Acuerdo de París y se comprometen a renovar al alza sus objetivos de reducción de emisiones.
Además, la UE apoyará la creación de un mercado de derechos de emisión en el gigante asiático con 10 millones de euros.
La decisión de Trump no sólo “le aleja de sus aliados tradicionales y del mundo democrático sino que cuenta con el rechazo de 70% de los americanos y con el de 27% de quienes lo han votado”, apuntó el portavoz de cambio climático de WWF Internacional, Manuel Pulgar.
“Es una decisión contra el interés general que sólo contenta al sector más retrógrado de la industria de los combustibles fósiles, fundamentalmente del carbón, que tradicionalmente ha estado tras la financiación del partido republicano”, destacó Teresa Ribera, directora del Instituto para el Desarrollo Sostenible y las Relaciones Internacionales.
Tampoco va a cumplir su objetivo de potenciar la industria del carbón, en tanto que “los inversores no van a poner su dinero en algo que puede no tener los retornos esperados durante los próximos 40 años, máxime cuando haya otros presidentes que no apuesten por el carbón”, agregó David Robinson, experto en energía de la Universidad de Oxford.
EL DATO
El famoso tuit de 2012
En 2012 Donald Trump expresó lo que realmente piensa: “El concepto de calentamiento global fue creado por y para los chinos para hacer no competitiva a la manufactura de EU”.
GUÍA
Consecuencias tras la salida
¿Cómo afectará a Estados Unidos?
Estados Unidos seguirá siendo uno de los grandes países contaminantes —el segundo sólo por detrás de China— y no logrará alcanzar sus objetivos en recortes de emisiones. En el terreno diplomático, se prevé un aislamiento para Washington.
¿Qué afectaciones traerá para el calentamiento global?
La tierra sufrirá mayores niveles de calentamiento, subirán las temperaturas medias, se acelerará el deshielo en los polos y crecerá el nivel del mar. Estas son las predicciones de los científicos que alertan de las consecuencias de no reducir las emisiones tóxicas.
Si Estados Unidos no recorta sus emisiones el impacto puede ser aún mayor. Según una estimación de varios expertos, cada año podría haber hasta tres mil millones de toneladas más de dióxido de carbono en la atmósfera.
Incluso si todos los países del Acuerdo de París cumplen su compromiso excepto Estados Unidos, la tierra podría calentarse 0.3 grados centígrados más a finales de siglo —el objetivo es que no alcance los 2 grados para entonces y ya hemos superado más de 1.1 grados centígrado.