Hipersensibilidad vaginal: posibles causas y soluciones

La vagina es una de las partes más sensibles del cuerpo de una mujer pero en ocasiones, esa sensibilidad puede ser extrema y generar problemas en nuestra rutina diaria.
En determinados momentos de nuestra vida, podemos experimentar una excesiva sensibilidad vaginal que nos lleve a sentir dolor y ardor en esta zona, influyendo de manera muy negativa en nuestra vida sexual.
Causas de la
sensibilidad vaginal
Una causa muy común que aumenta la sensibilidad de la vagina es la vulvovaginitis, que puede ser causada por algún tipo de infección, tanto por hongos como de transmisión sexual, o por diversas sustancias químicas como jabones y perfumes.
Ello puede dar lugar a irritaciones que causan ardor, quemazón e inflamación en la zona vaginal haciendo ésta más sensible ante cualquier estímulo.
Este tipo de anomalía, también suele relacionarse con un problema sexual conocido como vaginismo, que es una contracción involuntaria de los músculos vaginales que generan problemas o impiden el coito.
Además de por razones psicológicas como el temor a la sexualidad o miedo a ser dañadas, también puede producirse por otras circunstancias como la falta de lubricación vaginal, lo que dificulta o impide la penetración ya que nos genera dolor.
A medida que nos hacemos mayores, especialmente en la menopausia, generamos menor cantidad de estrógenos, que son los encargados de lubricar la vagina.
Es por ello por lo que podemos experimentar una mayor sequedad vaginal que haga dolorosas las relaciones sexuales.
En este tipo de situaciones, es aconsejable ampliar la duración de los preliminares y los juegos eróticos con tu pareja para generar así una mayor excitación y con ello, mayor cantidad de flujo vaginal.
Además, el uso de lubricantes a base de agua aportará grandes beneficios a tus relaciones.
De cualquier modo, lo más recomendable si notas la vagina excesivamente sensible, es que acudas a tu ginecólogo para que te realice un examen vaginal completo que determine un tratamiento que ayude a solventar el problema.
El clítoris es el órgano del placer femenino y gracias a su estimulación se desencadena la respuesta orgásmica. Puede verse como un pequeño botón (“el glande del clítoris”) con su caperuza, coronando la parte superior de los labios menores. Sin embargo, es más grande de lo que parece: tiene dos prolongaciones internas que se meten en el tejido vaginal y generan un intenso placer cuando son estimuladas.
Los vasos sanguíneos y la riqueza en las terminaciones nerviosas lo proveen de una fuente rica de excitaciones.
Algunas mujeres refieren una mezcla de sensaciones placenteras y dolorosas cuando su clítoris es estimulado en forma directa (por sexo oral, uso de los dedos, o por vibradores), cosa que no sucede durante el coito vaginal (por estimulación del roce del pubis o el pene). Estas mujeres se sienten molestas y se privan de una práctica que podría ser muy placentera.
Es importante que la mujer esté lubricada para permitir un mejor deslizamiento de los dedos o el vibrador. Otro factor a tener en cuenta es la presión que se ejerce sobre el clítoris, que puede ser demasiada para la sensibilidad del órgano.
En todos los casos la mujer debe tener la libertad para pedir o guiar la estimulación de su pareja sobre su cuerpo para dar prioridad a las sensaciones placenteras. El uso de lubricantes al agua y una presión suave sobre el clítoris puede ayudar a encontrar el punto justo de placer, sin dolor o malestar.
Tips para no sentir dolor
El clítoris tiene una alta sensibilidad y en algunas mujeres la estimulación directa provoca dolor. Si es tu caso:

* No ocultes lo que te pasa pensando que es anormal.
* Es indispensable que estés lubricada, caso contrario continúen el juego hasta lograrlo o podés usar un lubricante íntimo a base de agua.
* Tratá de encontrar con tu pareja la estimulación justa, productora de placer.
* Guiá a tu pareja hasta encontrar la práctica apropiada.
* No te refugies en pensamientos negativos o en la idea previa de que vas a sentir dolor.
* Masturbándote podés experimentar cuál es la presión o la práctica más adecuada.
* Relajate, usá las fantasías y pedí lo que te gusta.