Joaquín Sabina cumple su sueño… ser un viejo verde

El cantautor andaluz Joaquín Sabina, que a sus 68 años y tras superar varios sustos con su salud comienza esta semana una gira con su nuevo disco, Lo niego todo, advirtió que siempre pensó que «iba a ser un viejo verde»… «y lo estoy consiguiendo», recalcó.

Un día antes de partir para México, país en el que tiene las siete primeras citas de la gira, Sabina (1949) explica durante una entrevista en su estudio, a las afueras de Getafe (Madrid), que se siente «muy excitado y muy asustado» por lo que le espera por delante: casi cien conciertos.

Después de ese arranque en México, el cantautor volverá a España en junio y partirá desde un punto especial, su Úbeda (sur) natal, para continuar en Sevilla, Madrid (doble actuación), Palencia y Barcelona y seguir en un recorrido muy amplio, que puede completarse con más fechas.

«Hoy hemos hecho el último ensayo y cada día ha ido mejorando. Empezamos a sentirnos muy bien como grupo y a disfrutar, sobre todo, de las canciones nuevas», señala el artista, que ha contado en Lo niego todo, su decimoctavo álbum de estudio, con la ayuda del cantautor Leiva, el que fuera el vocalista del grupo Pereza, que produce el álbum.

«Trabajar con Leiva ha sido uno de los encuentros más bonitos para mí, desde el punto de vista artístico y desde el punto de vista humano», dijo Sabina, convencido de que este álbum es, para él, «el más importante desde ’19 días y 500 noches’».

Las colaboraciones de Leiva y la de Benjamín Prado han significado para Sabina «un cambio de clima, un rejuvenecimiento, un acceso a formas menos literarias y mas inmediatas de comunicación con el público».
El proceso creador, indica el autor de Y nos dieron las diez y Contigo, ha sido «muy intenso», pero el resultado «ha superado» todas sus expectativas.

Las referencias al Sabina del pasado y el presente son numerosas en este nuevo trabajo, que llega ocho años después de Vinagre y rosas, y es que, según el músico, se trataba de «sacarle la lengua» a esa persona que ve «en el espejo» y tomarse «un poco en broma».
Es fundamental, si luego quieres tomar en broma a los demás, empezar con uno mismo», apuntó.