Propiedades nutricionales del tamarindo

El tamarindo es un fruto nutritivo que nos aporta hidratos de carbono, contiene proteína vegetal compuesta por aminoácidos como el triptófano, la metionita o la lisina, además nos aporta gran contidad de fibra soluble (principalmente pectina), tiene reducido contenido en lípidos, vitaminas A, B3 y C, minerales como el magnesio, calcio, potasio, fósforo, hierro y azufre, polifenoles y posee ácidos orgánicos como el málico, tartárico y ascórbico.

El tamarindo es una planta oriunda de las regiones africanas. Su nombre deriva del término árabe ‘tamar’, que significa ‘dátil seco’.

Su fruto es una vaina larga que contiene una pulpa de color marrón de sabor agridulce. Se lo ha utilizado en muchos pueblos para preparar salsas, postres y hasta bebidas. Además de sus usos culinarios, se le emplea para tratar diversas enfermedades.

La pulpa de tamarindo es rica en tiamina, vitamina crucial para el buen funcionamiento de los nervios, los músculos y el sistema digestivo. También contiene vitamina C, por lo que es muy efectiva para prevenir y tratar el escorbuto.

Por otra parte, es una fuente de potasio, mineral necesario para la salud cardíaca y del tejido muscular; así como de hierro, que facilita el transporte de oxígeno en la sangre para todo el cuerpo.

La pulpa del tamarindo es un laxante natural, aunque los mecanismos de funcionamiento aún no se han explicado.

Las personas con constipados deben consumir de 5 a 10 g diarios. No se debe mezclar con otros laxantes ni calentar, pues pierde sus propiedades.
Algunos estudios sugieren que las dietas ricas en tamarindo favorecen la regulación del colesterol en sangre, así como de los niveles de presión arterial.

Las prácticas aryuvédicas recomiendan el tamarindo para aliviar malestares de estómago, incrementar el apetito y reducir la flatulencia.

La pulpa, las hojas y flores de tamarindo han probado ser muy efectivas para combatir inflamaciones y dolores de las articulaciones. El alivio en estos casos es instantáneo.

El jugo de tamarindo es un buen remedio para curar la conjuntivitis. Además, con las semillas de este fruto se preparan gotas que alivian la resequedad de los ojos.

Sus hojas se emplean para tratar quemaduras. El remedio más usado consiste en poner estas hojas en un recipiente con tapa y luego en el fogón. Cuando se queman lo suficiente, se reducen a un polvo que se cierne. Mezclado con aceite vegetal, se aplica en las áreas dañadas. También es útil para curar heridas y para mejorar la salud de la piel.