Brasil y España se comunicarán subterráneamente sin el oído de EE UU

La península ibérica está unos 60 kilómetros más cerca de Fortaleza (al noroeste de Brasil) que Miami. Este dato desconocido para la mayoría y subrayado por Alfonso Gajate, presidente de la compañía española Eulalink, ilustra hasta qué punto es absurdo que de los nueve cables submarinos que unen Sudamérica con Europa, ocho pasen por Estados Unidos (con el 99% del tráfico) y solo uno, ya obsoleto y saturado, utilice la ruta más corta.

Para darle la vuelta a esta situación, que no se corresponde con el volumen de relaciones entre Sudamérica y Europa, el presidente español, Mariano Rajoy, y el ministro brasileño de Ciencia y Tecnología, Gilberto Kassab, han presentado este lunes en Sao Paulo (Brasil) el proyecto Ellalink, un cable submarino con cuatro pares de fibra óptica que en 2018 unirá Brasil con Europa, a través de Sines (Portugal) y Madrid. Será un cable “neutro” —es decir, disponible para cualquier operador—y de gran capacidad, nada menos que 72 Tbps por segundo, siete veces más que la información que transmite hoy América Latina al resto del mundo.

Además, estará sometido a las leyes de protección de la privacidad de Brasil y Europa, mucho más estrictas que las estadounidenses, ha subrayado Gajate. Es decir, que la información que circule por él no estará expuesta al escrutinio del Gran Hermano estadounidense, como los cables que ahora pasan por Norteamérica.

“Ganaremos en capacidad, en velocidad y en confidencialidad”, ha dicho Rajoy, quien ha destacado el “enorme valor estratégico” del proyecto. Con una extensión de más de 10.000 kilómetros, el cable será suministrado por la compañía Alcatel Submarines Networks (ASN), a la que le ha adjudicado el contrato, subvencionado con 25 millones de euros por la UE, el consorcio hispano-brasileño Ellalink, creado en 2015 por Eulalink y Telebras. Aunque inicialmente enlazará Sao Paulo con Madrid, pasando por Cabo Verde, Canarias, Madeira y Lisboa, el objetivo es que la red no se limite a Brasil sino que se extienda por toda Sudamérica y conecte con el futuro gran telescopio LSST que rastreará el universo desde Chile.