La crisis del deporte blanco en México

Los años de gloria del tenis mexicano han quedado atrás. Tras haber sido una de las naciones protagonista en el deporte blanco, México se ha quedado rezagado y, aunque cuenta con eventos de primer mundo como el Abierto Mexicano de Tenis o el Abierto de Monterrey, no existe ninguna figura de peso internacional nacida en este país.

Una prueba del rezago que los raquetas mexicanos han tenido a lo largo de los años ha sido lo ocurrido en la Copa Davis, principal competencia que existe en el mundo del tenis a nivel de selecciones y en la que México llegó a ser protagonista en el Grupo Mundial y ahora lo es, pero peleando por no descender en el Grupo 2 de la Zona Americana, considerada como la tercera división del orbe.

Con la autoridad que le brindan más de 15 años como tenista profesional dentro de la ATP, el veracruzano Santiago González aseguró que la falta de recursos para los tenistas mexicanos es una de las principales causas del estancamiento de este deporte.

González argumentó que mientras otros competidores son apoyados para solventar sus viajes, los de sus entrenadores e incluso su cuerpo de ayudantes, los mexicanos tienen que pagar sus viajes de su bolsillo y competir sin sus entrenadores.

“Si yo fuera la Conade o la propia Federación, trataría de buscar patrocinadores, para que no sólo los juveniles, sino todos los profesionales viajen a torneos acompañados de sus entrenadores, que no viajen solos, porque eso de nada sirve si no hay quién te guíe. Yo pienso que eso ayudará a que los mexicanos aumenten su nivel y sus puestos en el ranking”.

Falta de competencia

El mismo González aseguró que la falta de competencia de alto nivel se ha vuelto una de las causas de la crisis del tenis en México y puso como ejemplo el tiempo que le dedican otros países.

Mientras que los tenistas mexicanos compiten únicamente de 10 a 15 semanas durante el año, tenistas estadounidenses o argentinos lo hacen durante un aproximado de 35 semanas.

“Se requiere apoyo para que los tenistas vayan y compitan durante más tiempo, que no lo hagan únicamente durante 10 semanas al año, que tengan mayor fogueo y puedan asistir a competencias de mayor nivel”.

Sin estilo

En febrero pasado, Lucas Gómez fue el único tenista nacional que pudo participar en el Abierto Mexicano de Tenis 2017 y tras ser eliminado apenas en la primera ronda, reconoció que la falta de figuras a seguir y un estilo definido es algo de lo que adolece el tenis en el país, ya que no existe una escuela como la española, estadounidense, argentina, checa o suiza, que son algunas de las naciones que mejor desempeño han tenido históricamente en este deporte.

“Somos un país que no tiene grandes ejemplos o un camino ya hecho que todo mundo pueda seguir, como es España y Argentina, que los jugadores van en fila india, todos atrás uno del otro y sobresalen así. Aquí cada quien va por su lado y se las arreglan como pueden. No hay sistema mexicano. Preguntas en cualquier lado cuál es el sistema mexicano o le preguntas a quién sea aquí ‘¿Oye, cómo juegan los mexicanos?’, ¡Pues qué mexicanos! Le preguntas a quien sea ‘¿Cómo juegan los españoles?’ y te puede decir de la escuela española… la escuela checa, la escuela argentina”.

Pasado de gloria, presente austero

El tenis en México tuvo su época más relevante en la década de los sesenta cuando el oriundo de la Ciudad de México, Rafael “Pelón” Osuna forjó la etapa más gloriosa del tenis nacional, al ser el único mexicano en ganar un torneo Grand Slam en la modalidad de singles y ocupar la posición número 1 del ranking mundial.

Fue en 1963 cuando Osuna puso a México en el mapa del mejor tenis del mundo al ganar el US National Singles Championship, torneo hoy conocido como el Abierto de Estados Unidos.

Durante ese mismo año y junto al tapatío Antonio Palafox, Osuna brilló al ganar en Wimbledon el título de dobles, mismo que ya habían obtenido en el Abierto de los Estados Unidos un año antes.

Con el mismo Osuna como principal figura, el equipo mexicano de Copa Davis logró su mejor resultado a nivel  mundial al ser subcampeón d e este certamen en 1962 ante Australia.

Además de figuras como Osuna y el propio Palafox, a partir de las década de los setenta, el tenis mexicano vio surgir a tenistas como Raúl Ramírez, bajacaliforniano que en 1976 llegó a ser el tenista número 4 del ranking mundial, además de coronarse en dobles en los Grand Slam de Roland Garros y Wimbledon, ganando el primero en 1975 y 1977 y el segundo en 1976 junto al estadounidense Brian Gottfried.

Para la década de los ochenta, fue el potosino Jorge Lozano quien se consagró como el mejor mexicano al ganar dos títulos de Grand Slam en la modalidad de dobles mixtos.

En 1988 se adueñó del título en Roland Garros junto a la estadounidense Lori McNeil, mientras que en 1990 se coronó en este mismo certamen haciendo pareja con la española Arantxa Sánchez Vicario.

Además de Lozano, a finales de los ochenta y principios de los noventa, el tenis mexicano vibró con figuras como Leo Lavalle y Alejandro Hernández, quienes fueron las últimas raquetas que brillaron con luz propia en el tenis mundial.

Actualmente, el único mexicano que se ha mantenido dentro de los mejores 100 tenistas a nivel mundial es Santiago González en la modalidad de dobles al ocupar el lugar 68 en esta categoría.

Con 11 títulos de la ATP como palmarés, el veracruzano logró su mejor ranking en 2013, cuando se ubicó en el puesto 23 de la lista mundial.

En lo que respecta a la modalidad de singles, el potosino Manuel Sánchez es el mejor mexicano al estar situado en la posición 668 del ranking mundial.

Por su parte, en la rama femenil, la capitalina Renata Zarazúa está considerada como la mejor raqueta nacional al posicionarse en el lugar 322 del ranking mundial.  

La intención de repatriar a Ernesto Escobedo

Nacido en Estados Unidos, pero hijo de padres zacatecanos, el tenista Ernesto Escobedo es una de las opciones que se han manejado dentro del tenis mexicano para mitigar la falta de figuras.

Actualmente, Escobedo compite por los Estados Unidos y se ubica en el lugar 91 del ranking mundial de la ATP. El nacido en California cuenta con condiciones para convertirse en un tenista de élite tras haber debutado como profesional a los 17 años de edad.

Sobre la incorporación de Escobedo como nuevo competidor mexicano, Alfredo Castillo declaró en febrero pasado que se encuentran en pláticas para convencerlo, además de que buscarían aprovechar sus capacidades para fomentar el aprendizaje de esta disciplina en niños y jóvenes de los principales clubes del país.

UN PEQUEÑO PASO DE LA CONADE
Conve
nio con la academia de Rafael Nadal

En marzo de 2017, Alfredo Castillo, director de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, dio a conocer con bombo y platillo la noticia de que el máximo organismo del deporte en México firmó un convenio con la academia de Rafael Nadal, a fin de fortalecer a las futuras promesas del tenis del país.

Junto al ex tenista Carlos Costa, quien dirige la Academia, Castillo hizo oficial la creación de un torneo en el que participarán los mejores jóvenes tenistas de México y aquellos que resulten ganadores viajen a esta institución para tener mejores enseñanzas.

La Academia de Rafael Nadal se ubica en la ciudad de Mallorca, España, y es comandada por Toni Nadal, entrenador del tenista. Actualmente es considerada como una de las mejores escuelas de tenis del mundo.