Sí, claro! Pero… ¿Cómo?

Los lectores que me han escrito comentando mi columna anterior, en la que he hablado de la importancia del imperio de la ley por encima de todo y de cualquier interés, han coincidido conmigo en la necesidad de abocarnos como sociedad a garantizar su vigencia, si queremos llegar a ser un mejor país. Sin embargo, prácticamente todos se preguntan (y me lo preguntan a mi) cómo podemos hacerlo, si todo parece conspirar en contra, en una nación en donde la impunidad es la regla y la justicia pareciera la más notable ausente.
Es por ello que he decidido profundizar en el tema de esto que en otras latitudes se conoce como “The rule of law”, de manera que podamos entender lo que significa, y lo que en el mundo se hace para convertirlo en una realidad cotidiana. Ojalá que ello sirva para dejarnos algunas ideas sobre la forma en que podemos encarar tan ambicioso reto como ciudadanos.
Aunque, como muchos otros mexicanos, he tenido la oportunidad de vivir y conocer acerca de lo que implica la ausencia del estado de derecho, no soy un especialista en temas jurídicos o judiciales, por lo que me he aventurado a buscar experiencias de quienes sí lo son, que puedan ilustrarnos sobre el tema. Y en esa búsqueda, he descubierto un buen ejemplo que es el “World Justice Project (WJP)”, una organización independiente y multidisciplinaria, que trabaja todos los días para que el imperio de la ley (o del derecho) avance en todo el mundo.
Para esta organización, el efectivo imperio de la ley reduce la corrupción, combate la pobreza y la proliferación de problemas de salud y protege a la gente de injusticias de toda naturaleza y dimensión. Es para las comunidades el fundamento para la paz, la equidad y la igualdad de oportunidades, lo que, a su vez, sustenta el desarrollo, el gobierno responsable y el respeto a los derechos fundamentales.
A su modo de ver, el tema del imperio del estado de derecho, no solo tiene que ver con abogados y jueces, sino que nos involucra a todos, ya que afecta a la seguridad, la justicia y la gobernanza. Todo ciudadano tiene un papel que jugar para el verdadero imperio de la ley. Es a partir de esto, que las líneas de acción de WJP, que se refuerzan mutuamente, emplean un enfoque multidisciplinario a través de la investigación y recopilación de datos originales, una red activa y global y programas prácticos dirigidos localmente para promover el estado de derecho en todo el mundo.
Fundado por William H. Neukom en 2006 como una iniciativa de la Asociación Americana de Abogados y con el apoyo inicial de 21 otros socios estratégicos, este proyecto pasó a ser un organismo independiente sin fines de lucro en 2009. Sus oficinas se encuentran en Washington, DC, y Seattle, WA, EE.UU.
Entre sus principales tareas se encuentra la de estudiar el significado del Estado de Derecho en una sociedad y analizar sus implicaciones en el desarrollo socio político, económico y humano. Para estas tareas de estudio y análisis se apoya en el “The Rule of Law Research Consortium (RLRC)” que es una organización formada por académicos destacados de diversas áreas, especializados en el análisis de esta materia.
Como parte de sus actividades más importantes, el WJP publica anualmente un Índice que mide el estado de derecho en 113 países, de acuerdo con las experiencias y percepciones de la población general. Según lo que nos muestra este índice, México ocupa el lugar 88 de 113 países, el 32 de 37 considerados como países de ingreso medio y el 24 de los países de Latinoamérica y el Caribe.
El Índice del estado de derecho del WJP es la fuente de información más amplia sobre el estado de derecho en el mundo. La edición del 2016, cuya cobertura se ha incrementado de 102 a 113 países, se basa en más de 100,000 encuestas a hogares y más de 2,700 encuestas a expertos que miden la manera en la que el Estado de Derecho se aplica a situaciones comunes y corrientes experimentadas por las personas alrededor del mundo. El Índice evalúa el desempeño de los países utilizando 47 indicadores organizados en 8 factores: Límites al Poder Gubernamental, Ausencia de Corrupción, Gobierno Abierto, Derechos Fundamentales, Orden y Seguridad, Cumplimiento Regulatorio, Justicia Civil y Justicia Penal.
No cabe duda que el primer paso para resolver un problema, es conocer su naturaleza y características, para lo cual, este índice resulta de una gran utilidadi. Quien lo haga no encontrará buenas noticias, pero me parece que el análisis detallado de la gráfica que nos presenta por país, verdaderamente vale la pena, para tener una mayor claridad respecto a que ámbitos deben ser abordados con mayor celeridad y profundidad.
Ahí podremos ver por ejemplo que, mientras que, en Ausencia de corrupción, orden y seguridad, cumplimiento regulatorio o justicia civil y criminal, estamos dentro de los 10 o 15 últimos lugares de los 113 países, en el caso de Gobierno abierto nos encontramos en el 34. En materia de límites al poder gubernamental ocupamos el 83 y en derechos fundamentales el 75.
La metodología nos permite llegar a apreciar sub factores específicos dentro de los 8 principales, cuya mejoría puede impactar sensiblemente. Y por poner un ejemplo, me refiero al primero (Límites al Poder Gubernamental), en el que claramente debemos buscar mayor involucramiento de organismos no gubernamentales en la observación del tema o en sanciones por conductas inapropiadas.
El ejemplo que he escogido viene a cuento, pues además de que ilustra sobre el funcionamiento del índice, se refiere -respondiendo a la pregunta de mis lectores-, a la necesidad que existe de que nos involucremos activamente como ciudadanía en la solución de aquello que nos inquieta y lastima. Como quien dice, que en vez de preocuparnos (solamente) nos ocupemos. Lo he dicho antes: ¡Hagámonos cargo!