¿Quién le pone el cascabel al gato de la delincuencia organizada y la corrupción?

Las recientes capturas en el extranjero de los exgobernadores de Tamaulipas y Veracruz, Tomás Yarrington y Javier Duarte, son sólo recordatorios y nada más, del Gobierno corrupto e impune instaurado por saqueadores que sólo llegan a servirse con un cucharón sin fondo y no a servir, para lo que incluso juran ante símbolos patrios.
Esto es una verdadera burla total, de la que por cierto, su principal exponente no había expresado absolutamente nada, inmerso en este mundo digital— aun cuando se anunció que sus vacaciones de Semana Santa terminarían el domingo 16 de abril y que entre tanto se mantendría pendiente de los acontecimientos del país y al frente de su responsabilidad.
Claro, es tanto como que el máximo jefe de la banda que todo permite y hasta auspicia, vaya contra los suyos que igual comenten peculado, defraudación fiscal, enriquecimiento ilícito, desvío de recursos, delitos contra la salud, lavado de dinero y más; y él de inmediato aplauda el que vayan tras de ellos.
México se ha vuelto un verdadero caso de corrupción ligado con impunidad; en dónde la primera no se detiene, ni tiene límites, porque igual todos hasta jueces, están metidos en el mismo juego sucio del robo y saqueo de los recursos nacionales.
Pero que no nos digan, ni permitamos que señalen que la corrupción es un asunto cultural nacional, porque no es así. La corrupción es un sistema perfeccionado por quienes tienen el poder político y económico, que son los menos en este país, pero muchos de ellos, los más favorecidos en lo económico y hasta en lo fiscal.
La delincuencia organizada en nuestro país llega al mismo terreno institucionalizado como legal y desde ahí crece como hiedra.
A la Administración de Enrique Peña Nieto se le recordará por diversas grandes anomalías, pero lo que al final de su mandato y de cara a la sucesión presidencial no se puede obviar, es la hartante corrupción de los miembros de su partido y de todo el orden institucional burocrático que de este dependen.
Se insiste, no es gratis que desde el 2014, no sea posible como lo mandata la ley, nombrar un fiscal anticorrupción.
¿Quién le pone el cascabel al gato de la corrupción y la delincuencia organizada?

Acta Divina… “En corrupción nadie puede lanzar la primera piedra”. Enrique Peña Nieto, presidente de México.

Para advertir… ¿Por eso estará escondido?.