Niña de 12 años se quita la vida en Coahuila

Cómo una mala broma de la vida, una niña de tan sólo 12 años de edad que apenas cursaba el sexto grado en una primaria de Saltillo, Coahuila, se suicidó de un tiro en la sien con un revolver calibre 22 la noche del jueves en el interior de su casa.
Cinthia “N”, una pequeña que apenas empezaba su vida, fue encontrada sin vida en el segundo piso de su hogar por paramédicos, esto tras recibir el llamado de auxilio por parte de los familiares, alrededor de las 21:00 horas.

La niña cursaba su último grado de primaria en la escuela Manuel Acuña, en el turno vespertino. El caso es el segundo de suicidio al interior de un plantel de educación básica en menos de 4 meses en México. El primero ocurrió en enero en la ciudad de Monterrey, en el norte del país, donde un joven que cursaba secundaria asesinó a varios compañeros y a la maestra con una pistola. Después de la masacre, el joven se quitó la vida.

Las dos tragedias ya levantan serias preguntas sobre que es lo que está pasando en las escuelas mexicanas, que niños pequeños optan por el suicidio.
Ante esta situación, vecinos se vieron sumamente sorprendidos al enterarse de la tragedia cuando al ver el movimiento se apostaron cerca del domicilio de la menor.

Elementos de Seguridad Pública arribaron al lugar para acordonarlo, asimismo, hicieron su intervención agentes de la Policía Estatal Investigadora al mando del comandante Edwin Arce, peritos en criminalística de la Procuraduría General de Justicia del Estado, el Ministerio Público y personal de una agencia funeraria para realizar el levantamiento del cadáver y trasladarlo a un anfiteatro, donde le realizarían la necropsia de ley.

Según las primeras pesquisas, Cinthia estaba en su cuarto con una amiga y aprovechó cuando ésta pasó al baño, tomó la pistola y se dio un tiro en la sien del lado derecho; los padres de la niña se encontraban afuera de la casa trabajando en su puesto de tacos.
Desafortunadamente, los casos de menores envueltos en este tipo de muertes han empezado a ser frecuentes en nuestro país.

En el caso de Monterrey, la razón por la que el pequeño niño de 11 años se suicidó el 31 de enero de este año, fue tras sostener una fuerte discusión con sus padres, quienes como medida disciplinaria le quitaron su iPad.
Esa noche, el menor se retiró a su cuarto visiblemente molesto, al día siguiente se levantó y se fue a la escuela secundaria, regresó a casa y se metió a su habitación. Todo parecía normal.
La aparente tranquilidad de la casa ubicada sobre la calle Zacatecas, entre Sinaloa y Sonora, en Puerto Vallarta, se turbó cuando regresaron los padres, les extrañó no ver al hijo, que pensaron, seguía enojado.

Preguntaron al hermano del menor y éste les informó que se había encerrado en su cuarto, a donde se dirigieron los padres y lo hallaron colgado.
El papá lo bajó y trató de reanimarlo, mientras llegaban la ambulancia de la Cruz Roja, pero todo fue inútil, ya no tenía signos vitales.

 

Estos casos no son aislados, es un fenómeno que pareciera ir en aumento en el país. Sólo nos queda preguntarnos, ¿los padres tienen alguna culpa en el comportamiento de los niños o las autoridades no están haciendo lo suficiente para evitar que jóvenes accedan a armas?