Consecuencias de la deficiencia de potasio

Más aún, el potasio forma parte del grupo de sales llamadas electrolitos (junto a sodio, calcio, cloro, magnesio, bicarbonato), las cuales interactúan para regular la cantidad de agua en el organismo, nivel de acidez en la sangre, actividad muscular, ritmo cardiaco y conducción de estímulos nerviosos.
Asimismo, debemos mencionar que este mineral es esencial para la regulación y equilibrio del nivel de agua que existe en el interior y exterior de las células, mediante la denominada bomba de sodio/potasio, mecanismo que permite el intercambio de sustancias a través de la pared o membrana de dichas estructuras.
Cabe señalar que el exceso o deficiencia de potasio puede tener graves consecuencias, las cuales se manifiestan a través de debilidad muscular, alteraciones de la presión arterial, ritmo cardiaco irregular (disritmia), inapetencia y sed, principalmente.
Fundamental en todo menú
Gran variedad de alimentos contienen potasio, por lo que la persona sana y con dieta equilibrada no debe preocuparse de sufrir carencia de este nutriente. De cualquier forma, vale la pena hacer breve recorrido por algunos de los productos que son fuente adecuada de este mineral:
Frutas. Destacan plátano, cítricos (limón, toronja, mandarina, lima y, principalmente, naranja), melón, kiwi, ciruela y chabacano.
Cereales. Salvado de trigo y granos integrales en general.
Verduras y leguminosas. Las más importantes son brócoli, col de Bruselas, tomate, jitomate, camote y papa con cáscara, además de ejote, soya, frijol, chícharo y haba.
Carne. Tanto las rojas (cerdo, res, cordero) como las blancas (pollo, pavo) son buenas fuentes. También lo son pescados como salmón, bacalao y sardina.
Frutos secos. Cacahuate, almendra y nuez, entre otros.
Lácteos. Ante todo, leche, yogurt y queso.
Se estima que el requerimiento diario de potasio para adultos y niños mayores de 14 años es 4.7 g, en promedio; pero, como se ha especificado, rara vez es necesaria la suplementación. Sólo las mujeres en etapa de lactancia requieren cifra poco más alta (5.1 g al día), pero se les recomienda consultar al pediatra o nutriólogo sobre la forma de obtener mayor cantidad del mineral en caso de juzgarlo necesario.
En contraparte, los pacientes sometidos a diálisis por insuficiencia renal (cuando el riñón no cumple adecuadamente su función de filtrar las impurezas de la sangre) deben evitar el consumo excesivo de alimentos ricos en potasio y llevar a cabo dieta especial, a fin de evitar la acumulación de electrolitos en su organismo.
Alteraciones
La hipocaliemia o deficiencia de potasio es poco frecuente, pero se puede presentar como resultado del consumo de algunos medicamentos, como diuréticos (estimulan la emisión de orina y se emplean para el tratamiento de hipertensión arterial), laxantes (facilitan el tránsito intestinal) y antibióticos (utilizados en el combate de infecciones).
A su vez, algunas afecciones pueden ocasionar la pérdida de potasio del cuerpo, siendo comunes las infecciones gastrointestinales con vómito y diarrea (debido a que ocasionan pérdida de líquidos y en ellos hay gran cantidad de minerales disueltos) y, con menos frecuencia, enfermedades de los riñones (renales).
Los síntomas de hipocaliemia incluyen ritmo cardiaco anormal, descomposición de fibras musculares (rabdomiólisis), estreñimiento, cansancio y parálisis (en casos graves es mortal, ya que puede interrumpirse la respiración). El tratamiento se basa en el consumo de suplemento de potasio y dieta balanceada que incluye productos que aportan suficiente cantidad del mineral.
Mención aparte merece la hipercalemia o nivel elevado de potasio en sangre, cuya causa más común es la disminución de la capacidad del riñón para filtrar este fluido, aunque también puede deberse a infección renal severa, uso de medicamentos para controlar la presión arterial elevada (algunas familias de diuréticos tienen este efecto secundario) o descomposición anormal de proteínas.
Entre los síntomas de hipercalemia se encuentran náuseas, latidos irregulares y pulso lento, débil o ausente. El paro cardiaco (suspensión de la actividad del corazón) puede ocurrir en cualquier momento, por lo que es muy probable que se requiera emprender medidas de emergencia, mismas que pueden incluir administración de calcio intravenoso o bicarbonato para contrarrestar temporalmente los efectos en los latidos del corazón; también puede recurrirse al uso de azúcar (glucosa) e insulina, las cuales transportan el potasio hacia el interior de las células, o bien, a la realización de diálisis o filtrado de sangre para reducir los niveles totales del electrolito.
A largo plazo, la insuficiencia renal, que es la causa más frecuente de este problema, requerirá como parte del tratamiento la restricción del potasio en la dieta.

Finalmente, cabe señalar que la detección de niveles anormales del mineral, sean mayores o inferiores de lo indicado, se efectúa con ayuda de pruebas de laboratorio, y sólo un médico especializado (nutriólogo, nefrólogo) puede interpretar los resultados.