El software de Chicle Fresco enfrenta desigualdad de géneros

Daniela Pérez, directora de la empresa desarrolladora de soluciones educativas Chicle Fresco, señala en entrevista con TheInsight.mx que la propia industria del software también está dominada por los hombres; “pero tenemos la ventaja de que en la empresa trabajamos con un equipo diverso y multidisciplinario y hemos aprovechado esta diversidad para hacer proyectos más allá del género”.

Chicle Fresco es una empresa que desarrolla soluciones tecnológicas de educación, a la medida y orientadas a proyectos de impacto social. El proyecto de equidad de género es un ejemplo de ello.

El problema de la desigualdad de género “es un problema social que no solamente tenemos en México y queremos que la gente comprenda de qué se trata, mediante soluciones concretas”, dice Daniela.

Con su programa E-Quidad, buscan ayudar a las empresas a abordar el tema de la igualdad de género, en función de sus necesidades específicas, mediante contenidos diseñados para sensibilizar al público sobre el tema y ayudarlo a responder a situaciones de desigualdad en el mundo real.

De acuerdo con el micrositio de E-Quidad, el contenido del programa está organizado por unidades temáticas, que a su vez se dividen en módulos que abordan cada uno temas concretos mediante ejercicios interactivos, los cuales dan al usuario una retroalimentación que le permite evaluar su desempeño.

“Ofrecemos contenidos interactivos que funcionan de manera muy sencilla para personas que no necesariamente estén empapadas del tema de inclusión y que explican qué es la discriminación laboral, el sexismo, y les ayudan a cambiar esa mentalidad en su misma empresa, y en su vida en general”, indica Daniela.

“Creo que una empresa puede beneficiarse de este tipo de programas en este sentido ya que puede ser más amigable para sus empleados y convertirse así en un ejemplo para otras empresas”, agrega la ejecutiva.

Apoyo para todos, en todas partes

Chicle Fresco no limita sus programas a emparejar el piso entre los sexos, sino que desarrolla herramientas educativas con otros fines.

Un ejemplo es el proyecto Pathway, que Daniela define como una selección de herramientas tecnológicas que los educadores pueden integrar en clase. “A veces, los profesores no consiguen determinar cuáles de las herramientas existentes les sirven para trabajar sobre determinados temas. Nosotros creamos una plataforma en la cual ellos pueden entrar y buscar las que les sirvan”, dice.

“Una escuela privada de Guanajuato nos buscó para trabajar en una solución en integración de tecnología en las aulas. En el caso de equidad estamos en un piloto grande con una institución de gobierno y esperamos que podamos ampliarla a 25 más”, agrega.

Dentro de sus proyectos educativos también se encuentra EMA, o Education Mobility Awareness (Conciencia Educativa en Movilidad), la cual consiste en una plataforma de video educativa en 360 grados que permite a los estudiantes de intercambio compartir sus experiencias en un formato interactivo cuando visitan lugares históricos por el mundo.

Chicle Fresco también está desarrollando una herramienta llamada MOON para facilitar los trámites administrativos con los que suelen lidiar los estudiantes de intercambio antes de irse al extranjero.

Herramientas divertidas y pegajosas

“La intención es conceptualizar el conocimiento como algo maleable, como un chicle. La idea es que el chicle se pega y queremos que el conocimiento también se pegue de una forma divertida”, dice Verónica Olea, jefa de contenidos.

Para Verónica, socióloga de formación, la educación efectiva no tiene por qué ser solemne y debe ser algo fácil de digerir.

“Nosotros buscamos hacer llegar la información a los usuarios de una manera amigable, que no sea de una forma tan teórica y que la gente se involucre por medio de un lenguaje amigable”.