El Papa visita Milán; centra su atención en personas marginadas

El Papa Francisco llegó hoy a Milán (norte de Italia) alrededor de las 08.15 horas (07.15 GMT), para una visita cuyo objetivo es hacer conciencia sobre los marginados.

En su primera escala, Francisco se dirigió a las llamadas ‘Casas Blancas’, un barrio popular con problemas de exclusión.

Tras saludar a las personas que se concentraron en el exterior de los altos edificios de cemento, Francisco entró en la casa de tres familias.

VISITA A NECESITADOS

Se trata de Dori Falcone, de 57 años, y de su marido Lino Pasquale, de 59 años, que sufre epilepsia, lo que le ha provocado importantes consecuencias físicas y neurológicas.

También visitó la vivienda de Mihoual Abdel Karin y su esposa Tardane Hanane, que viven en el segundo piso del número 40 con sus tres hijos de 17, 10 y 6 años y llegaron desde Marruecos en 1989.

De manera privada, sin cámaras, Francisco también se detuvo algunos minutos en la casa del matrimonio formado por Nuccio Oneta, de 82 años y gravemente enfermo, y Adele Agogini, de 81 años, prácticamente ciega.

Tras estas visitas, Francisco dirigió un mensaje en el que dijo que la Iglesia siempre necesita ser «restaurada» porque está hecha de personas que pecan.

La Iglesia necesita siempre ser restaurada porque está hecha de todos nosotros, que somos pecadores. Dejémonos restaurar por Dios, por su misericordia. Dejémonos limpiar nuestro corazón», dijo el pontífice.

Jorge Bergoglio recordó de nuevo que la Iglesia no debe quedarse «en el centro a esperar» sino que tiene que ir al encuentro de todos «en las periferias, a los no cristianos y a los no creyentes».

MENSAJE EN LA CATEDRAL

Después se trasladó al Duomo, la catedral de Milán, donde respondió a algunas preguntas que le formularán los sacerdotes, presidió el rezo del Ángelus y bendijo a los fieles reunidos en la plaza.

En el Duomo, pidió a los miembros de la Iglesia que pongan una mayor atención y ayuden a discernir a los jóvenes expuestos a un ‘zapping’ continuo, durante un encuentro con sacerdotes, religiosos, religiosas y consagrados.

Nuestros jóvenes están expuestos a un zapping continuo. Pueden navegar en dos o tres pantallas abiertas simultáneamente, pueden interactuar al mismo tiempo en diversos escenarios virtuales. Nos guste o no, es el mundo en el que están insertados y nuestro deber como pastores es ayudarlos a atravesar este mundo», invitó Francisco.

Jorge Bergoglio subrayó en varias ocasiones la necesidad de «incrementar el hábito del discernimiento», tanto en los pequeños como en los adultos.

Respondiendo a la pregunta de un diácono, hombres casados que ayudan a algunas labores de la Iglesia, Francisco reafirmó que los diáconos «tienen mucho que dar, sin que se los vea como una categoría que está entre los sacerdotes y los laicos, sin pertenecer a ninguna de ellas».

Les aconsejó no caer en el «clericalismo, y querer quitar el puesto al cura», ni en el «funcionalismo, y quedarse como meros chicos de los recados del cura».

El diácono es custodio del servicio en la Iglesia», dijo Francisco, quien bromeó al recordar que pueden aportar tantos problemas de la vida cotidiana porque ellos ‘tienen suegra’.

Ante la pregunta de una monja que le recordó que son siempre menos, Francisco les invitó a salir a las periferias y puso el ejemplo de la «poca levadura que hace crecer la harina».

El panadero no pone un kilo de levadura en 100 gramos de harina», dijo.

Francisco salió después de la catedral para rezar el Ángelus y dar su bendición a los miles de personas que se agolparon en la plaza del Duomo de Milán.

ENCUENTRO CON REOS

Posteriormente, el Papa acudió a la cárcel de San Vittore, donde están recluidas unas 900 personas, y tras recorrer los diferentes pabellones y saludar a los presos, almorzó con un centenar de ellos y a su lado estuvieron varias mujeres latinoamericanas.

La autoridades de la cárcel milanesa pensaron que el Papa se sentiría más a gusto si durante el almuerzo podía intercambiar alguna palabra en su idioma.

Por ello, como adelantó el diario Avvenire, en la mesa del pontífice hicieron que se sentaran también la ecuatoriana Dalia, la argentina Mónica y la chilena Gemma.

En el resto del improvisado comedor -habilitado en uno de los corredores de la prisión- hubo una representación de las diferentes componentes nacionales y religiosas de los reclusos en esta cárcel judicial, donde encuentran en espera de la sentencia definitiva.

Francisco visitó el primer pabellón donde se encuentran las mujeres detenidas con sus hijos pequeños y allí saludo a las reclusas y se detuvo con los voluntarios que trabajan en las cárceles.

Jorge Bergoglio recorrió los pasillos de la cárcel hasta llegar a la «Rotonda», la parte central del centro penitenciario que hace de plaza para los reclusos y donde pudo saludar y escuchar a una amplia representación.

Me siento como en casa», dijo Francisco a los reclusos, según informó Avvenire, publicación del ámbito católico que se edita en Milán.

Una representante de las personas encarceladas pidió al papa argentino que rezara por ellos para que «se les pueda perdonar sus errores» y «la gente no les mire con desprecio».

De todas las visitas de los pontífices a la capital financiera de Italia es la primera vez que un papa atraviesa las puertas de San Vittore, una cárcel utilizada durante la ocupación nazi como centro de tortura y detención de los judíos antes de su deportación a Auschwitz.

El Papa ya no pudo tomar una siesta al interior de la prisión, como estaba planeado inicialmente, por falta de tiempo.

Para el almuerzo se eligió un menú preparado por las reclusas que frecuentan los cursos de la llamada «Libre Escuela de Cocina» y que consistirá en platos simples y de la tradición milanesa como ‘risotto’ (arroz cremoso), cotoletta (filete de ternera empanado) con patatas y de postre, una ‘panna cotta’.

Los responsables de la cárcel habían puesto a disposición la habitación del capellán para que Francisco pudiera descansar, pero no hubo tiempo porque a las 15:00 hora italiana (14:00 GMT) le esperaban en Monza, a 20 kilómetros, para una misa multitudinaria.

Se espera que acudan hasta 600 mil personas.

El pontífice concluirá esta jornada en la capital de Lombardía con un encuentro con jóvenes en el estadio de futbol de San Siro.