Un atacante con distinto perfil pasó desapercibido a las autoridades inglesas

El autor del atentado ocurrido el miércoles en la zona centro de Londres era Khalid Masood, de 52 años. Un perfil diferente a los vistos en previos ataques terroristas de los llamados lobos solitarios.

El atacante embistió a los paseantes del Puente de Westminster y se estrelló contra las rejas del Parlamento. Tras apuñalar a un elemento de la policía, fue abatido por fuerzas especiales. El incidente, que dejó cinco muertos, incluido el agresor, y al menos 40 heridos, fue reivindicado por el Estado Islámico (EI).

Según Amaq, la agencia de propaganda del EI, “el autor del ataque frente al parlamento británico en Londres es un soldado del EI” y su acción respondió al llamamiento a atacar “a los países de la coalición” internacional antiyihadista.

Masood nació en Reino Unido y, aunque tenía antecedentes criminales por agresiones y desórdenes públicos, no tenía delitos por terrorismo, informaron las autoridades británicas, quienes afirman que no había ninguna investigación sobre Masood en la actualidad. Su última condena databa de diciembre de 2003, hace más de 13 años, por posesión de arma blanca.

De acuerdo con Juan José Páez, investigador del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), usualmente el EI utiliza a jóvenes simpatizantes en sus actos terroristas, debido a que ellos tienen a ser más comunicativos en redes sociales, lo que facilita la difusión de las actividades que realiza el movimiento islámico.

Por esta razón, parece inusual la edad de Masood para este tipo de actitudes.

La primera ministra, Theresa May, afirmó ayer en el Parlamento que Masood había sido “investigado hace años en una ocasión por el Mi5 (servicio de inteligencia) por sospechas de violencia extremista”.

Expertos en lucha antiterrorista aseguran que se trataría de una de las tres mil personas bajo el radar de Scotland Yard a las que no pueden someter a un seguimiento diario.

Después del atentado, las autoridades iniciaron las investigaciones necesarias para descartar que formara parte de una serie de ataques.

Ataques “logran” más extremismo

Los actos terroristas como el de Londres, no “logran” un cometido, sino que provocan una serie de acciones posteriores, como otorgar argumentos a Gobiernos extremistas para implementar políticas públicas conservadoras o vulnerar las relaciones entre naciones involucradas en el conflicto de Estado Islámico (EI), consideró Juan José Páez, investigador del ITESO.

El investigador del área de Relaciones Internacionales del ITESO, señaló que este tipo de episodios facilitan la difusión de las acciones de los terroristas, algo que no siempre cuenta con el apoyo de las organizaciones yihadistas, pero que sí logra atraer atención y captar más simpatizantes.

“Buscan polarizar y confrontar a las sociedades, dando a que extremistas de la derecha, como Trump, caigan en la trampa de la división y del conflicto”.

Páez aseveró que el terrorismo también debilita a los gobiernos donde se realizan los conflictos principales del EI, como Siria e Iraq, lo que genera mayor vulnerabilidad de las instituciones frente a la política territorial del grupo radical islámico.

Una de las consecuencias de este atentado, consideró el experto, es que se sepultarían las propuestas para dar marcha atrás al Brexit.

“Tienden hacia la división, hacia mayor violencia, hacia mayor radicalización de posturas, hacia más extremismo. Los extremismos son igualmente peligrosos en Occidente y Oriente, de la derecha o de la izquierda”.