Lo básico en la dieta pescetariana

Quienes deciden llevar esta dieta consumen pescados y mariscos, así como verduras, frutas y granos; ocasionalmente, algunos también incluyen huevos y productos lácteos, lo que nos da idea de lo completo que puede ser el estilo de alimentación pesceta-riano. Aunque podría pensarse que se trata de menú limitado o con poco sabor, constituye la antesala de una vida más saludable y una manera de acabar con los kilos de más. La razón es que la comida pescetariana se basa en alimentos con reducida cantidad de grasas y abundantes proteínas, minerales y muchos otros nutrimentos que ayuda a combatir sobre-peso y obesidad, además de cuidar el buen funcionamiento del corazón, venas y arterias, que son los más perjudicados cuando se registran elevados niveles de coles-terol «malo» (aquel que se obtiene de los alimentos de origen animal) en el organismo.
En otras palabras, la dieta pescetariana toma de la naturaleza sus principales ingredientes, es decir, combina alimentos que provienen del mar y ríos con gran variedad de vegetales; de hecho, esto es lo que anima a muchos a elegir un estilo de alimentación pescetariano antes de entrar de lleno al vegetarianismo.
En este sentido, conviene señalar que la diferencia entre vegetarianos y pesceta-rianos, según expertos, es que estos últimos comen pescados y mariscos, mientras que los vegetarianos evitan por completo productos animales motivados por la conservación del ambiente y el respeto a los derechos de los animales.
Para los pescetarianos, comer vegetales es tan importante como elegir alimentos que provienen del mar y ríos, productos que en conjunto conforman una dieta baja en grasas y colesterol.
Además, es conocida la riqueza de ácidos grasos de los pescados de agua fría (salmón, trucha, bacalao, arenque y caballa, por ejemplo), lo que constituye su principal ventaja frente a las carnes rojas y blancas, pues los Omega 3 y Omega 6 poseen importante capacidad para disminuir los triglicéridos en la sangre, reducir el riesgo de trombosis (formación de coágulos) y la tensión arterial. Igualmente, otros ácidos grasos Omega 3 esenciales se encuentran en los vegetales de hoja verde, aceite de semillas de linaza y ciertos aceites vegetales.
Los científicos aseguran que estos ácidos no sólo son «amigos» del corazón, también pueden reducir los riesgos y síntomas de afecciones como diabetes, asma, artritis reumatoide, enfermedad intestinal inflamatoria y deterioro mental.
Los pescetarianos están convencidos de que pueden mejorar su salud y bienestar, así como la situación de los animales terrestres y la condición de nuestro planeta rehusándose a comer carnes que no sean pescados y mariscos. Entonces, ¿cuáles son los alimentos permitidos a pescetarianos? A continuación se mencionan los principales componentes de este régimen alimenticio que puede ser recomendable para personas que gusten especialmente de las riquezas culinarias que ofrecen mares y ríos: Pescados y mariscos. Los pescetarianos rechazan el consumo de animales de tierra o aves, lo que incluye res, cerdo, pollo y otros tipos de aves de corral. En cambio, comen pescados y mariscos, incluyendo mo-luscos y crustáceos, como salmón, atún claro, camarones, bagre, langosta y ostras.
Proteínas a partir de plantas. Las proteínas de origen vegetal como las que se encuentran en soya, frijoles, lentejas, garbanzos y nueces, son fundamentales dentro del estilo de alimentación pesce-tariano.
Vegetales, frutas y granos integrales. Estos alimentos también son la base de los platillos pescetarianos. Por ejemplo, pueden cocinar verduras al vapor o aderezarlas con una mezcla de jugo de limón, aceite de oliva, vinagre balsámico y una pizca de sal. También acompañan el menú con pan, cereales y pastas integrales. Entre más naturales, mejor. Los vegetales frescos están repletos de fibra y abundantes nutrimentos; sin embargo, por cuestiones de tiempo muchas personas los adquieren congelados o, incluso, enlatados; en este caso, conviene optar por aquellos bajos en sales o sin sal, o bien, enjuagarlos antes de comerlos. Colaciones saludables.
La dieta pescetariana también tiene espacio para refrigerios frescos, saludables y ¡visualmente apetitosos! Por ejemplo, puede llevarse a la escuela u oficina un recipiente con nueces, almendras o pistaches (fuente de grasas insaturadas); rebanadas de pan integral con un poco de mantequilla de maní, o pepinos, jícamas o zanahorias (ralladas o en trozos) con jugo de limón.
Huevos y lácteos. Los especialistas aseguran que los pescetarianos pueden o no comer estos alimentos, pues se trata de una decisión personal que cada quien hace basado en sus propios valores y opiniones.
En virtud de que pescados y mariscos son pilares de la comida pescetariana, es importante señalar que comerlos en porciones abundantes y todos los días puede hacer que la cantidad de mercurio (los peces absorben este contaminante del agua en que nadan y de los alimentos que consumen) en la dieta se eleve hasta niveles peligrosos.

Por ello, una dieta pescetariana no es recomendable para las mujeres que puedan quedar embarazadas, las que ya lo están y para las madres lactantes, así como para niños pequeños.

Deliciosa dieta de pescados, mariscos y vegetales
Quien se interesa por saber cómo es la dieta pescetariana, suele llevarse grata sorpresa cuando descubre la infinidad de combinaciones para deleitar su paladar mientras cuida su alimentación, conserva su figura y obtiene abundantes nutrimentos.

Por ejemplo, el desayuno puede incluir huevos (si así se desea), cereales, yogurt, leche de soya y frutas. Al mediodía, las opciones podrían contemplar sushi, sándwich de atún o ensalada con garbanzos, semillas de girasol, ostiones, trozos de salmón o camarones. Finalmente, una cena con pastas, verduras frescas y pescado asado pueden ser la mejor forma de terminar el día.

Por supuesto que no es necesario comer pescado todos los días, sino que se puede alternar con otros platillos vegetarianos para darle variedad a la dieta.

Es evidente que existen muchas formas de adoptar una dieta pescetariana en beneficio de la salud; sin embargo, antes de dar el paso definitivo, habla con tu médico para identificar cuáles son los requerimientos que tu cuerpo necesita, y acordar el mejor plan nutrimental según tus necesidades.