En 2017 para la zona metropolitana se acabó el agua, por una parte la presa de San José tiene muy poca agua y la humedad que existe es fango muy contaminado.
Por otra parte el municipio de San Luis Potosí está en veda de perforación de pozos debido al agotamiento de los mantos acuíferos. Y por si esto fuera poco la Comisión nacional del agua anuncia una sanción para el municipio de San Luis Potosí para 2017 recortándole más de 20 millones de metros cúbicos de agua.
Y todos quisiéramos que los meteorólogos se hubieran equivocado en sus pronósticos de sequía para 2017, pero lamentablemente lo han fundamentado científicamente, este 2017 se espera para la zona norte de México una terrible sequía aunada a los estragos del 2011 y de 2013.
En este momento se supone que los programas emergentes para salvar plantas de la sequía, animales y humanos de la sed, ya deberían de estar listos, pero parece que no es así y las autoridades de los tres niveles de gobierno en todo el país fundamentalmente hoy están abocados al proceso electoral del domingo 4 de Junio y desde luego a las del 2018.
En ningún momento ha habido una propuesta de solución definitiva a la sequía en todo el país; en Sonora y Sinaloa tendrán que pasar muchos años para recuperar la fertilidad de aquél migajón de tierra altamente productivo en jitomate, maíz y trigo.
En el estado de San Luis Potosí muchos campesinos ya consideran como irrecuperables sus tierras debido a las sequías del 2011, de 2013 y ahora 2017.
Ni la Comisión Nacional del Agua, ni el Consejo Estatal de Agua y mucho menos el INTERAPAS han planteado alternativas de solución a esta terrible sequía que desde hace años pronosticaban los meteorólogos.
Hoy las autoridades solamente sentencian a muerte a las plantas como es el caso del parque de Morales y como ya lo han hecho con miles de cabezas de ganado y de otros animales que ya han muerto por la sequía, yo me pregunto: ¿ahora seguimos los humanos?
Los encargados de la administración y suministro de agua tal parece que son totalmente ignorantes y desconocen la historia y las consecuencias sociológicas y antropológicas que tiene una crisis de sequía como la que hoy se está dando en México y que ya se ha sufrido hace siglos en diferentes civilizaciones que podrían describirse como más adelantadas que la nuestra.
Así el antiguo Egipto tiene que emigrar a causa de la sequía, lo mismo que otros pueblos de culturas antiguas; así la sequía es una de las pocas explicaciones lógicas para la desaparición repentina de la antigua cultura maya.
Los antropólogos encuentran evidencias a través del lenguaje y de la conformación ósea de algunos pueblos cercanos a las costas del Golfo de México: como los mayas desesperados por falta de agua buscaron donde pudieran iniciar nuevos asentamientos.
Esto lo digo porque no es difícil que el abastecimiento de agua llegue a cero en nuestra ciudad como ya está sucediendo en varias zonas, en que los llamados tandeos tienden a convertirse en cero abastecimiento.
Cada vez es más difícil conseguir una pipa de agua potable y un garrafón de 20 litros hoy cuesta hasta 30 pesos, siendo que hace cinco años costaba entre 15 y 18 pesos.
Hoy muchas familias empiezan a ver hacia el sureste en busca de nuevas tierras que tengan agua y seguramente la industria también empezará a buscar horizontes con menos conflictos en cuanto al abastecimiento de agua.
Y me pregunto dónde están los planes contingentes para el abastecimiento de agua que hace más de un año se vienen sugiriendo. Las plantas son pasivas, los animales dóciles y pasivos pero el ser humano es rebelde y seguramente protestará en contra de la falta de agua y posiblemente caigan gobiernos en los tres niveles por este motivo.
