El viacrucis de representar a Jesucristo en la Pasión de Iztapalapa

Ser el rostro de la Pasión de Cristo en la Semana Santa en Iztapalapa es desde hace 174 años el sueño de cualquier vecino de esa demarcación, pero puede ser también un auténtico viacrucis por la rigurosidad del proceso de selección de los candidatos.

Con fe, dedicación y esfuerzo, un grupo de jóvenes participan cada año en la convocatoria para el papel de Jesucristo de Nazaret, distribuida en las capillas de los barrios de Iztapalaba y en las redes sociales de la Comisión Organizadora de Semana Santa (Cossiac).

Entre los requisitos, «ser soltero y sin compromiso», pertenecer a una de las ocho comunidades que conforman este festejo católico e ir labrándose un camino con papeles menores en la representación, como el de romano, nazareno o apóstol.

Después vienen las pruebas físicas y personales, explicó Miguel Morales, presidente de la Cossiac.

Para la edición 174, que se presentará el próximo mes de abril, fueron elegidos desde enero pasado 173 actores con parlamento, 275 en cuadros internos, 500 extras, dos mil nazarenos y mil romanos, piezas clave de un recorrido que presenciarán más de dos millones de visitantes.

Eduardo Guzmán, de 25 años, originario del Barrio de San José, fue seleccionado inicialmente entre otros candidatos para personificar a Cristo.

Por primera vez en 174 años, un joven es destituído del papel de Cristo por no ser soltero.

Con seis semanas de entrenamiento físico, ensayos y sus parlamentos listos, dedicó el tiempo restante a perfeccionar sus caídas con la cruz de 100 kilos de peso que se ocupa en días Santos, donación de la familia de Ángel Juárez Cabrera.

Sin embargo, Guzmán acaba de ser relevado por Eder Omar Arreola, del Barrio de La Asunción, por no cumplir con el requisito de la soltería.

Hace siete años la que era mi novia y yo quisimos unir nuestra vida para siempre, suponiendo que era algo muy sencillo», dijo el joven actor desechado.

Su expareja y él se inscribieron a una convocatoria de bodas colectivas gratuitas, llevaron sus documentos y firmaron varios formatos para contraer legalmente matrimonio ante un juez, pero, aunque finalmente decidieron no hacerlo, el registro previo asentó el acta de esa unión nunca consumada.

Ese fue motivo sufiviente para la Cossiac para apartar a Eduardo, que había interpretado a un apóstol en 2009.

Agoa Eder, de 27 años, debe ahora ensayar con el elenco, prepararse y memorizar sus parlamentos a contrarreloj.

Como todo varón iztapalapense y allegado a la representación», anhelaba personificar a Jesús, después de interpretar al Ápostol Pedro y postularse en diciembre para el papel protagonista.

Tras la destitución de Eduardo, la primera que se da en la historia de la procesión, el joven recibió una invitación extraordinaria para hacer de Cristo.

La responsabilidad es primeramente con Dios y con el Señor de la Cuevita», adorado desde 1843 cuando unos peregrinos llevaron su imagen al Cerro de la Estrella, en una epidemia de cólera que desapareció milagrosamente tras la veneración del santo.

Sobre su obtención del papel, Eder afirma que Dios «sabe por qué hace las cosas y tiene trazado lo que quiere para nosotros».

Con ímpetu, entrega, mucha presión y poco tiempo, espera interpretar su rol de «manera digna» pese al poco tiempo de preparación.

Estamos trabajando con él, dedicándole más tiempo a la parte de sus ensayos y sus libretos. Lo veo bien, muy seguro de lo que va a hacer y metido en su personaje», lo defiende Morales.

Decenas de familias del oriente de la capital, se reúnen a disfrutar los ensayos.

Mientras Eduardo trata de retomar sus actividades habituales y se enfoca a realizar proyectos profesionales, Eder Omar continúa preparándose a marchas forzadas para interpretar el papel de su vida.